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OPINIÓN Los socialistas dicen que les «hurtan» datos y el PB cree que está hecho a medida de Pongesur

La participación ciudadana en la revisión Riesco ve factible la creación de la ronda sur propuesta por vecinos del casco viejo Trato especial para el suelo de la montaña de carbón

El alcalde echa en cara al PSOE que sea el único que no ofrece ideas para el plan de urbanismo

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MANUEL REY ÁLVAREZ. PORTAVOZ DEL FORO SOCIAL DEL BIERZO M. Félix - ponferrada
Ponferrada

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ASISTIMOS en las últimas fechas a un proceso totalmente novedoso en Ponferrada y que viene motivado por la modificación-adaptación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), en vigor desde 1989. Me refiero a la ronda de consultas que el equipo de gobierno está manteniendo con diferentes colectivos. El guión que se sigue en estas reuniones es muy simple: el alcalde, acompañado de algún concejal, técnicos y -al menos en las que yo he presenciado- del presidente de la asociación de vecinos correspondiente, tras agradecer a todos la asistencia, declara estar allí para escuchar, animando a los concurrentes a que le expongan sus dudas, propuestas e inquietudes. Ante un cuadro tan idílico uno no puede evitar la tentación de preguntarse ¿Habrá llegado de repente a Ponferrada, sin avisar, la democracia directa, asamblearia, la utopía de las utopías? Ninguna señal hacía pensar hace tan solo unos días que estuviéramos tan cerca de nuestra meta. Más bien teníamos la impresión de que nuestros mensajes, repetidos desde hace más de dos años, todavía no habían llegado al Ayuntamiento. Pues bien, como uno a estas alturas hemos aprendido a no fiarse de las apariencias, nos hemos tomado la molestia de hacer un análisis de la situación, encontrando que el proceso participativo que el equipo de gobierno de Ponferrada pretende haber puesto en marcha es criticable por varias razones. En primer lugar decimos «pretende haber puesto en marcha» porque no es un proceso que haya partido de la espontánea iniciativa de este equipo, sino que se inicia como reacción a la movilización primera que protagonizaron las distintas fuerzas políticas y agentes sociales ante la falta de información relativa a la marcha de los trabajos de la empresa encargada de la revisión. Dicho ésto, y centrándonos en el proceso, hay que decir que parece mentira que en la era de internet un alcalde tenga que salir, libreta en ristre y lápiz en la oreja, a recabar la opinión de los vecinos por esos barrios de dios. ¿No habrá, señor alcalde, una forma más operativa de hacer las cosas? De estas palabras no se debe deducir que no nos alegramos de que nuestros gobernantes hayan decidido salir a la calle a hablar con la ciudadanía. Al contrario, nos alegramos mucho; lo que lamentamos es el carácter de excepción que tiene la medida, cuando debiera ser algo habitual, casi cotidiano. Y sobre todo lamentamos, la impresión de medida improvisada y chapucera que da. Vamos a ver por qué: 1.- Es un proceso que no da la oportunidad de participar a todo el mundo. Primero porque para asistir a las reuniones hay que estar disponible a la hora que se convocan; segundo porque, aún estando disponible, hay personas que no se atreven a plantear en público sus propuestas, por diferentes motivos, que van desde la inseguridad a la hora de hablar en público hasta el ser reacios a que se conozcan sus opiniones sobre determinados asuntos o a que se conozcan determinados detalles de su situación patrimonial. 2.- Es un proceso que no ofrece ninguna garantía, dejando todo a la buena voluntad de quienes toman nota. Las propuestas y peticiones no figuran de puño y letra de quien las hace, sino de quien las recoge, con lo que cabe siempre un margen para la interpretación. Si, en lugar de esto las propuestas se presentasen por escrito en el Registro del Ayuntamiento, primero, irían de puño y letra del interesado y, segundo, éste conservaría una copia con su sello correspondiente, que acredita la presentación y la fecha de la misma. Si a todo ésto añadiésemos el conocimiento previo del documento objeto de las alegaciones, éstas además tendrían sentido y pasarían de ser simples cartas a los Reyes Magos a constituirse en instrumentos útiles de trabajo. 3.- Se nos ha dicho que se ha convocado a todas las asociaciones de vecinos, grupos políticos y, en general, a todos los colectivos implicados. No es cierto, el Foro Social del Bierzo no ha sido convocado. Algunas asociaciones de vecinos tampoco. 4.-Se trata de un proceso de comunicación unidireccional y, por tanto, hay que sospechar que poco franco. Veamos por qué. El alcalde insiste en que lo que pretende es recabar la opinión de los vecinos antes de empezar la redacción del nuevo PGOU. Cuesta creer que si hace ya casi un año que se encargó la revisión, a estas alturas no haya todavía nada que mostrar, y más cuando hemos sabido que tanto el pliego de condiciones como la propuesta de la empresa revisora fijaban determinados plazos, ya vencidos, para la entrega de una serie de documentos. Pero todavía cuesta más creer que el equipo de gobierno no tenga ninguna idea previa sobre lo que quiere que sea la Ponferrada del futuro. Si es así, están ocupando cargos que no les corresponden. Si no es así, simplemente, mienten. Frente a esta forma de hacer las cosas, lo que el Foro Social reclama, como n todos los demás firmantes del escrito que a tal efecto se presentó el 29 de octubre en el Registro del Ayuntamiento de Ponferrada (IU, PSOE, PB, ACD, CC.OO., U.G.T., Fele, CEL, Foro Social , Federación de AA.VV., A.V. Pajariel, A.V. Ntra. Sra. y San Roque y Tyto Alba) es que se exponga a la consideración pública el trabajo realizado hasta el momento y se dé la oportunidad a los interesados de presentar por escrito alegaciones y propuestas antes de la aprobación del nuevo PGOU. Se pide además la constitución de una mesa de seguimiento integrada por representantes de colectivos ciudadanos, sindicatos, partidos políticos y asociaciones empresariales y profesionales. Nos parece que si el proceso participativo en la modificación del PGOU quiere hacerse con seriedad hay que hacerlo así, no como lo está llevando a cabo el equipo de gobierno que, además de ser, como ya se ha dicho, inadecuada, poco operativa y propia de otras épocas, tiene todo el aspecto de una gran operación de imagen con un objetivo claro: la cita electoral de 2007. Fue una mañana de contactos maratonianos. El alcalde de Ponferrada recibía primero a la asociación de vecinos del casco antiguo, luego al PRB, para a continuación despachar con el PSOE y terminar la mañana con los bercianistas del PB. Y por la noche, con los vecinos de Dehesas. Carlos López Riesco quería conocer su parecer y propuestas para incorporar a la modificación del Plan General del Ordenación Urbana (PGOU). Al final, una vez escuchados todos, el regidor cargó las tintas de la crítica contra los socialistas, a los que acusó de ser los únicos que no hacen propuestas concretas y quejarse sólo del método utilizado por el equipo de gobierno del PP para tratar de enriquecer el plan. «No puedo creer que los socialistas no tengan ideas para el futuro de esta ciudad; o no quieren hacer propuestas o no las tienen, porque todos aportan lo suyo de una manera activa; y creo que el PSOE se equivoca si queda fuera», decía el alcalde. Por parte de los socialistas acudieron Olimpio Campos y Wenceslao Orallo. Éste acusó al alcalde de «hurtar» a la ciudadanía y al resto de colectivos la información que tiene de primera mano sobre los avances del PGOU. Sin conocer las premisas del plan malamente podían aportar nada al mismo, vino a decir Orallo. Desde la asociación de vecinos del casco antiguo se propuso la creación de la ronda sur de la ciudad, y Riesco contestó que se incorporarán al plan, dado que se construirá cuando se termine la ronda norte, con el puente sobre el Sil, ahora en construcción. También pidieron un tratamiento para el canal. Por parte del PB, Iván Alonso dijo que temen que el PGOU que salga de la modificación esté ya confeccionado «a medida de Pongesur». Desde el PRB se presentó un escrito con numerosas propuestas para barrios, pueblos e infraestructura viaria en puntos de la ciudad. La asociación de vecinos de Compostilla espera un trato especial en el plan de urbanismo para los terrenos liberados por la montaña de carbón y esperan antes que el Ayuntamiento se haga cargo de la renovación de las obsoletas infraestructuras, como las redes de abastecimiento de aguas, saneamiento y suministro eléctrico. «Las infraestructuras no estaban preparadas para el crecimiento tan espectacular que hemos tenido», dijo el presidente de la asociación vecinal, Fernando Fernández, quien también solicita un enlace con la N-VI desde la avenida de La Libertad. También han pedido que se mantenga el carácter residencial y que en el nuevo plan de urbanismo se ampare la posibilidad de construir más viviendas unifamiliares en la bolsa de suelo que ha adquirido el Ayuntamiento al cedérselo Endesa. La propuesta es que se puedan construir chalés entre la gran parcela de 800.000 metros cuadrados que se extienden desde el barrio hacia la carretera Nacional VI, hacia el norte. Fernando Fernández dijo que a los vecinos le gusta el barrio que tienen. Por eso pidió que se mantengan las actuales ordenanzas. «No queremos grandes edificios», apuntó.

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