Otoño de jazz en Ponferrada

A sus 29 años, Viktoria Tolstoy es casi una celebridad y una de las vocalistas de jazz más respetadas en todo el mundo. Viktoria, hija del actor ruso Leo Tolstoy, nunca ha recibido clases de canto, pero su voz suena «fuerte, indomesticada y vibrante», según la apreciación de los críticos. El guitarrista norteamericano Mike Stern, ya ha cumplido los cincuenta y puede presumir de ser un habitual en las nominaciones de los últimos premios Grammy, después de haberse formado con Pat Metheny y la banda de Miles Davis. Y el pianista Arturo O'Farrill, director de la Afro-latin Jazz Orchestra de Nueva York ya lucía todo el esplendor de su big band de metales en la película Calle 54 , donde Fernando Trueba reunió a un buen puñado de grandes del jazz. Los tres estarán de gira en Castilla y León a partir de la semana que comienza mañana y actuarán en Ponferrada entre el martes y el jueves completando el cartel del programa Otoño Jazz de Caja España. O'Farrill actuará el martes, Viktoria Tolstoy el miércoles y Mike Stern el jueves, siempre a las 20 horas y con entradas a cinco euros por concierto o 12 por los tres. Las entradas pueden reservarse en el número 902 365 024 o adquirirse en taquilla media hora antes del concierto. Tolstoy, que desarrolla su carrera en Suecia, ha publicado cinco álbumes, alguno de ellos emparentado con los sonidos pop, y ha actuado con artistas como Esbjörn Svensson, Nils Landgren, Ray Brown o Toots Thielemans. De Mike Stern, que tiene a B.B. King, Eric Clapton y Jimi Hendrix como sus ídolos, se pude decir además, que ya ha grado una decena de álbumes en solitario y además de en la banda de Miles Davis ha tocado con el grupo de Jaco Pastorius, o los Brecker Brothers Band. Al comienzo de su carrera incluso llegó a grabar un disco de rock con el grupo Charlie & The Pep Boys. Arturo O'Farrill, hijo de Chico O'Farrill por su parte, desarrolló su arte de solista junto a grandes del jazz como Dizzie Gillespie, Steve Turre, Papo Vázquez, The Fort Apache Band y Wynton Marsalis. En 1995 pasó a dirigir la banda de su padre, la Chico O'Farrill AfroCuban Jazz Orchestra del mítico club Birdland de Manhattan y con la que viajó por todo el mundo. Su más reciente nombramiento al frente de la Afro-latin Jazz Orchestra es un reconocimiento a su trabajo como pianista, orquestador y director, y a la influencia de los ritmos cubanos en el jazz que ya quedó reflejada en la obra de su padre.