El alcalde en silla de ruedas

No es fácil para todo el mundo realizar un gesto aparentemente tan sencillo como bajar un bordillo. Y si no, que se lo digan al alcalde de Ponferrada, que aseguraba ayer que para eso «hay que tener mucho brazo». Esta anécdota de ver al alcalde y a la concejala de Medio Ambiente, Teresa Magaz, esforzándose por manejarse en silla de ruedas, se producía en la jornada sin barreras que ayer organizó la Asociación de Minusválidos físicos del Bierzo. Se trata de una iniciativa en la que Ambi pretende hacer conocer a las autoridades, responsables de destinar presupuesto para que se lleven a cabo medidas en este sentido, de las dificultades que aún existen en Ponferrada para que los minusválidos puedan realizar una vida cotidiana con normalidad. El presidente de la asociación, Felipe Rodríguez, aseguró que están satisfechos de cómo se están adecuando las zonas de nueva construcción, aunque reconoció que los problemas para ellos siguen existiendo, dado que las calles que no se remodelan mantienen en su diseño la falta de accesibilidad propia de las construcciones de años atrás. En este sentido, Rodríguez apuntó al barrio de Navaliegos y a las calles secundarias de la zona alta de Ponferrada, así como a sus aledaños, como las partes de la ciudad donde más dificultades encuentra un minusválido para manejarse con la silla de ruedas. No obstante, señaló la eficacia de las medidas llevadas a cabo por el ayuntamiento, por ejemplo, en el barrio de San Ignacio, donde recordó que se eliminaron 111 puntos de máxima problemática. Por su parte, el alcalde, Carlos López Riesco, señaló que los avances en esta materia son notables en la ciudad de Ponferrada, puesto que, dijo, «si en el año 1995 estábamos en un 0% de medidas de accesibilidad, ahora estamos en torno a un 40%». No obstante, aseguró que el equipo de gobierno está concienciado de que la política de la accesibilidad tiene que ser uno de los puntos más importantes a tener en cuenta a la hora de abordar una cuestión urbanística. Riesco aseguró que a la hora de otorgar licencias de viviendas y de locales comerciales, la cuestión de hacer éstos accesibles, es una máxima que impone el ayuntamiento a los receptores de las licencias. En su propia piel López Riesco y Teresa Magaz se subieron ayer en la silla de ruedas junto con cuatro minusválidos y recorrieron las calles del centro de Ponferrada. En seguida comprobaron que las dificultades están a la orden del día. A destacar, la destreza del alcalde, que aseguró que, «es más difícil de lo que parece».