Se buscan 24.000 metros

SEGÚN CHURCHILL, la democracia es la menos mala de las formas de gobierno. Para Aristóteles es una forma impura y le llama demagogia. A mi me parece una sabia medida poner siempre junto al que manda el ojo avizor de la oposición que controla los excesos a los que es dado el poder. Con motivo de la reciente ilegalización de la planificación urbanística de la Rosaleda, los responsables de la ilegalidad, en vez de agradecer a la oposición que haga ahora sus deberes, se enfadan mucho, ven rojos en toda la costa, advierten que del atasco en que nos han metido se puede salir -porque hay precedentes- poniendo la ley después de la trampa, cuando lo habitual suele ser todo lo contrario, quien hace la ley hace la trampa y aseguran que el plan parcial para el PAU I que aprobó en su día el pleno del Ayuntamiento cuando gobernaba el PSOE, era peor que este, lo que no es cierto, pues ahora quieren meter en el mismo espacio muchas más almas, ligeras de equipaje y además haciéndolo con mucha prisa. Llegados a este punto se hace obligatorio hablar de almas, pues ya tienen parroquia. Conviene recordar que de los 618.000 metros cuadrados del PAU I, sólo el diez por ciento se lo reservaba entonces la entidad Caja España para construir, según decidiera el Consistorio. El resto de los terrenos pasaban, urbanizados por la Caja, a propiedad municipal, a desarrollar en veinte años, según las necesidades futuras que se fueran creando en Ponferrada. La propuesta pública del grupo mayoritario de la oposición, exigía entonces que se construyera todo en un plazo máximo de quince años. La actual mayoría de gobierno, del Partido Popular, sufre el mal de las alturas, igual da que sea en la Calleja del Río que en las modificaciones puntuales del Plan, o en la torre más alta de nuestra nación. También la oposición, del PSOE, debe sufrir el mismo mal, porque la planificación de la Rosaleda superó varios controles plurales y públicos, sin ningún voto en contra, unos porque no estaban en Pongesur, que es donde tenían que estar, otros porque estarían pensando en las musarañas, en vez de pensar en los comunes provechos, como se supone que debían hacer, otrora, los sesudos varones que gobernaban a Toledo. Y todo esto se ha creado sólo por no haber seguido el consejo de El Señor, que sabiamente advertía, «no quieras sentarte en lo más alto, que los que están arriba no se enteran».