UGT cree que la medida es fruto de la mala planificación de la empresa
LM amenaza con 80 despidos si los trabajadores no aceptan otro turno
El lunes directivos y sindicatos retomarán el diálogo que evite un posible conflicto laboral
Los responsables de la factoría de palas eólicas LM Glasfiber podrían hacer efectivo a principios del próximo año el despido de cerca de 80 trabajadores en su planta de Ponferrada. Así se desprende de la inquietud de los responsables sindicales que relacionan esta posibilidad con la negativa a aceptar la aplicación de un nuevo turno y, como consecuencia, adelantar la producción prevista para el segundo semestre del 2006. Para los interlocutores sindicales, dicha medida tiene justificación por parte de la empresa en la reducción de los pedidos por estas fechas, situación que según el delegado de MCI-UGT, Alberto Alonso, viene produciéndose siempre, «sin que la empresa, una multinacional, no lo tenga en previsión». Según Alonso, los errores de LM en cuanto a organización no deben tener como únicos perjudicados a los trabajadores. «La empresa nos ha dicho que para evitar que 50 trabajadores se queden en la calle esta es la única solución, aunque es su opinión, pero no la mejor salida». Lo peor para el delegado sindical de UGT es que si los trabajadores no aceptan la aplicación de un nuevo turno, «la empresa responderá con el despido de 80 empleados, afectando a toda la cadena. Primero empezarán por los temporales y luego lo harán con los que consideren menos rentables para llegar incluso a trabajadores con contrato indefinido». Dicha situación está creando un malestar entre los trabajadores que no descartan movilizaciones si finalmente los rectores de LM Glasfiber actúan sin tener en cuenta sus opiniones. No obstante, el próximo lunes los directivos de la factoría ubicada en el polígono de La Llanada y que tiene en plantilla a medio millar de empleados, mantendrá una nueva reunión con los delegados sindicales a fin de llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes que contemple la permanencia de puestos de trabajo a pesar de la reducción estacional de la demanda de palas eólicas. Desde los sindicatos están abiertos al diálogo aunque reconocen que no aceptarán ninguna imposición que perjudique a los trabajadores.