Diario de León
Publicado por
JOSÉ ÁLVAREZ DE PAZ
León

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NO HA tenido suerte, hasta ahora, el ruinoso solar junto al nacimiento del río Oza donde, según nos recuerda una lápida secular de mármol blanco, floreció un Monasterio en la séptima centuria con San Fructuoso, monje de sangre real, hijo de un rico ganadero berciano., ayudado , eso sí, por el monje Baldario, instruido en el arte de labrar y acomodar las piedras. Luego sería renovado por San Valerio y restaurado por San Genadio, que plantó viñas y pomares y construyó edificios, no con la opresión del pueblo, sino, como quiso el fundador Fructuoso, con el esfuerzo y sudor de los monjes. Vivió San Pedro de Montes un tiempo de esplendor cuando el rey OrdoñoII estuvo allí y le otorgó la heredad del valle de Valdueza, lo que hay dentro y fuera, los hombres que allí habitan o vengan a habitar, tanto lo desierto como lo poblado, lugares de molinos y pesca, llamas y prados¿ Digo que no ha tenido suerte, porque, además de un incendio milagroso, provocado, en parte por el cielo vengador y en parte por san Fructuoso, sufrió otro no menos intencionado, un saqueo posterior y sobretodo, el secular olvido sembrador de ortigas entre ruinas gloriosas. Pero algo empieza a moverse en torno al viejo monasterio donde florecen espontáneos los cerezos, algo se está restaurando ya donde siempre he pensado que tendría rezón de ser un instituto europeo de estudios monacales, en lo que fue monasterio y magnífico templo, declarados monumento nacional el 4 de Junio de 1931. Quizá ese pensamiento mío haya sido un sueño mutante en utopía. Del olvido de los historiadores, viene a rescatarlo ahora Pedro Alonso, investigador incansable, ex párroco de Arganza, no confundirlo con Pedro Alonso abad de Montes, siglo XI. Tiene mérito el trabajo de Pedro Alonso, sobre todo como herramienta necesaria para estudiosos e investigadores, pues él bebe en las fuentes documentales, es honesto y riguroso en sus avances y conclusiones, pero es mucho lo que ha avanzado, guiado sin duda por el profesor Voces Jolías, que conoce como nadie la arquitectura religiosa del Bierzo, más allá del ámbito de su tesis doctoral. Es lo que deduzco de un resumen que ha llegado a mis manos del libro de próxima aparición, creo que el octavo o el noveno de su lista de publicaciones, en el campo de la investigación histórica.

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