Diario de León
Publicado por
JUAN PEDRO MARTÍNEZ BASTIDA
León

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EL URBANISMO, esa cosa tan difusa y de la que tanto hablamos, es, dice el diccionario: «el desarrollo unificado de las ciudades y de sus alrededores». Está claro que esta somera definición encierra muchos matices, de hecho, existen diferentes concepciones de las ciudades, tantas como urbanistas. Los que no somos urbanistas, ni alcaldes, ni concejales de obras, ni empresarios de la construcción, no alcanzamos a comprender, cual es la concepción del mencionado colectivo que debiendo tener intereses comunes con los ciudadanos, demuestran diariamente muy poca sensibilidad a nuestras necesidades e intereses. En los pasados días, tras varias sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, nos hemos encontrado con que, según las mencionadas sentencias, nuestro alcalde y su equipo de gobierno han actuado, por lo menos, de manera inapropiada y según hemos podido leer en los medios han tratado de privar a los ciudadanos de Ponferrada de, 150.000 m 2 de espacios públicos, o sea de parques, jardines, viales, edificios públicos, escuelas, consultorios médicos, institutos, etc. Dicho así, sin más, puede parecer una más de las que hemos tenido que tragar, pero hablando de un barrio nuevo en el centro de la ciudad, la chapuza tiene más trascendencia. Si a mi, que no soy urbanista, me hubiesen encargado planificar el «campo de la minero» lo primero que me habría venido a la mente hubiese sido Kyoto. Kyoto en interés de todos los ciudadanos, hubiese presidido toda mi planificación, así, en vez de la actual orientación en la que unos edificios son cubiertos por la sombra de los que tienen escandalosamente cerca, y que supondrá por la pésima planificación un gasto adicional de energía a sus futuros propietarios, habría establecido una orientación y una distribución en la que la luz del sol supusiese, además de una alegría cada mañana, un importante ahorro en la factura energética. El ahorro, del que estoy hablando está, en estas latitudes, en torno a un 30%, es decir que de cada 100 euros de calefacción ahorraríamos 30 euros. O sea, que si a los 150.000 m 2 sumamos el despilfarro energético, así a vuela pluma lo estimo para 5000 viviendas en aproximadamente 22.500.000 Kwh. o si lo quieren vds. 11.250.000 Kg. de carbón al año, nos encontramos con que el «ilustre» equipo de gobierno se ha permitido un lujo que todos los ciudadanos de Ponferrada tendríamos que pagar el resto de nuestra vida si la Justicia no les hubiese parado los pies. A los precios actuales del kwh. la factura se pone en 2.700.000 euros anuales o para entendernos mejor, en 449.242.200 millones de las antiguas pesetas. ¡Que bien se planifica a costa del bolsillo ajeno¡. La falta de suelo, además, trasciende a la calidad de vida, por ese motivo el urbanismo especulador de los años 70, que hacinó a los ciudadanos en barrios inhóspitos en los que sacrificó la calidad de vida en aras del beneficio económico de unos pocos, fue sustituido por un urbanismo más moderno, a la medida de las personas, en donde los espacios libres, los centros médicos, los supermercados, centros de tercera edad, las escuelas etc. están en el entorno cercano. De esta manera, al tener los servicios cerca, los habitantes de estas nuevas urbanizaciones pueden ahorrar, otra vez Kyoto, en transporte puesto que, dada la cercanía, pueden desplazarse a pie. No voy a calcular el gasto energético del transporte, les invito a que lo hagan ustedes. y lo sumen al anterior. Como habrán podido comprobar, amables lectores, mi idea original «Kyoto» no era tan descabellada, lo que me entristece, lo que nos debe entristecer a todos es que nuestro «ilustre» equipo de gobierno, al que pagamos para que gestione eficazmente los impuestos que recauda, tenga que ser llamado al orden por la Justicia y encima esté despilfarrando nuestros recursos.

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