La familia del vecino enterrado sin funeral descarta pedir al Obispado que oficie un sepelio

«No quisiera que haya otro funeral en la familia, porque nos iremos directos al cementerio», decía ayer Lucrecia González, sobrina del vecino de Quilós Agustín Canedo, a quién el pasado domingo enterraron sin que se oficiara ningún funeral después de la discusión mantenida con el párroco de la localidad por una deuda de un sepelio anterior. La familia del fallecido asegura que el sacerdote se negó a oficiar el funeral si antes no le pagaban el sepelio celebrado siete años atrás por la esposa del fallecido con doce misas que nunca encargaron. El párroco, por el contrario, ha comentado que fue la familia la que llevó las cosas demasiado lejos y decidió abandonar la iglesia cuando les recordó la deuda. La familia de Canedo ha renunciado a pedir que otro sacerdote del Obispado oficie la ceremonia fúnebre. «Ahora está todo tranquilo y no queremos más líos», aseguraba Lucrecia González, quién ha declarado a este periódico que en su día su familia entregó al párroco Pedro Andrés Fernández el dinero por el sepelio de su tía, pero el sacerdote se lo devolvió porque no incluía las doce misas que tenía por costumbre incluir en las honras fúnebres. La sobrina del fallecido no cree que su familia haya sido la intransigente, como ha comentado el párroco. «Cuando me pidió el dinero antes de celebrar el funeral, me enfadé y le dije que no nos hacía ninguna falta. Creo que otra gente hubiera hecho lo mismo», se justificó, antes de dejar claro que su familia no pretende que el sacerdote deje el pueblo. «No tengo problema si se va o se queda». Ningún portavoz del Obispado valoró ayer lo sucedido el pasado domingo en Quilós