Los primeros enólogos se gradúan Los ocho primeros en la provincia y en el Bierzo

Tras muchas reuniones entre políticos y las asociaciones de enólogos, finalmente se llegó a un acuerdo para la regularización de la profesión en España. Para los profesionales que ejercen actualmente la enología, el procedimiento de habilitación para el ejercicio de la profesión, que ha regulado el Real Decreto 595/2002 ha significado el reconocimiento de la profesión como tal y la posibilidad de obtener un certificado, que le habilite para trabajar como enólogo en las mismas condiciones que el licenciado en enología, independientemente de la titulación que tenga el interesado, con la única exigencia de haber ejercido la profesión durante al menos cinco años con anterioridad a la entrada en vigor de la Ley 50/98. Significa también la definición de la profesión de una forma legal, ya que se ha publicado el perfil profesional de enólogo, como anexo I al R.D. 595/02; y significa la posibilidad de crear Colegios Profesionales. En Castilla y León el 20 de diciembre se hizo pública la lista de profesionales habilitados para el ejercicio de la profesión, por parte de la Consejería de Agricultura, 150 solicitudes, de los cuales 75 han obtenido la habilitación como enólogo. Situación histórica Hasta finales de la década de los noventa no existía la licenciatura en enología y muchos de los profesionales que actualmente ejercen, se formaron es escuelas obteniendo titulación en formación profesional. Este vacío en la formación reglada ha provocado un origen muy diverso entre los profesionales del sector, entre los que podemos encontrar titulados universitarios en distintas disciplinas como química o ingeniería agrícola, y profesionales que en el mejor de los casos han realizado estudios de postgrado. El 28 de junio de 2002 el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto 595/2002 mediante el cual se regula la habilitación para ejercer las profesiones de Enólogo, Técnico Especialista en Vitivinicultura y Técnico en Elaboración de Vinos. Este Real Decreto se publicó en el Boletín Oficial del Estado número 160 del 5 de julio de 2002. Este texto legal regulaba la profesión por una parte y por otra cierra el vacío legal derivado de la creación de la nueva licenciatura, cuestiones que habían sido resueltas por el artículo 102 de la Ley 50/98 y que ha sido preciso desarrollar por el Real Decreto. En la palabras de Vicente Sánchez, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Enólogos, «la idea que inspira el Decreto es que no quede fuera del mismo ninguna persona con auténtico derecho a ello, pero que tampoco sea un coladero de desaprensivos que sin ninguna experiencia ni capacitación profesional obtengan un certificado que lo único que contribuiría sería a desprestigiar la profesión. La única forma de poder llevar a cabo esta misión pasa por analizar caso por caso, esto implica una ingente labor que será llevada a cabo, en última instancia por las Comunidades Autónomas». A su efecto cada comunidad reguló esta situación mediante una normativa, siendo ésta más o menos rígida en cada caso. En Castilla y León se publicó la orden AYG/1835/2004, de 1 de diciembre, por la que se establecía el procedimiento para obtener la habilitación para el ejercicio de las profesiones de enólogo, técnico especialista en vitivinicultura y técnico en elaboración de vinos. Un duro examen Gracias a la nueva legislación, se ha dado un paso adelante en la regularización y la protección de la profesión frente al intrusismo. A diferencia de otros países europeos, en los que se ha zanjado el tema con una convalidación general de los profesionales en ejercicio, en España ha habido bastante incertidumbre al respecto. Los tribunales profesionales, cuya constitución y funcionamiento han sido regulados por el decreto, ha valorado las solicitudes. En Castilla y León se han valorado 150 propuestas de las cuales 75 han sido aprobadas, siendo especialmente rigurosos en la valoración de los expedientes. Si bien la normativa contempla otros dos títulos, técnico especialista en vitivinicultura y técnico en elaboración de vinos, a los que se pueden acoger profesionales que no cumplan los requisitos. Edelmiro Alba (Bodega Cepas del Bierzo), José Luís Satín (Bodega el Albad-Carracedelo), Saturnino Núñez (Señorío de los Arco), Javier Haba (Bodegas Adriá-Villafranca), Miguel Ángel (Productos Enológicos-En Artis), Francisco José (Coop. Valdemimbre), Manuel Benito Otero (Bodegas Otero) y Javier Vázquez (Viñas del Bierzo-Camponaraya) constituyen la primera promoción de enólogos reconocidos profesionalmente a través de la permitente licencitura en la provincia de León..