Fabero revive su gran tragedia minera con el asesinato del profugo de Cofasa
Sorpresa por la noticia de la muerte en Moscú, a manos de la policía, de Bernaldo de Quirós
Veintidós años no han servido todavía para pasar la página de la mayor tragedia minera del Bierzo y la segunda de la provincia de León. La que acaeció el 19 de noviembre de 1984 en Combustibles de Fabero S.A. (Cofasa), después de que una explosión de grisú segara la vida de ocho mineros. La cuenca revivió ayer el macabro siniestro tras conocerse el fallecimiento en Moscú, asesinado por la policía, de Fernando Bernaldo de Quirós, de 58 años, que entonces era el ingeniero del grupo Río, donde tuvo lugar el macabro accidente. Bernaldo de Quirós estaba en situación de prófugo para la justicia desde 1988, cuando la Audiencia Provincial de León le condenó a 14 meses de cárcel junto a otros tres facultativos de la compañía por «imprudencia temeraria con resultado de muertes y lesiones graves». El ingeniero huyó antes de la celebración del juicio con su mujer y su hijo -a los que había traído desde Rusia- para eludir la acción de la justicia. La noticia de su muerte a manos de la policía moscovita recorrió ayer Fabero y su contorno como una especie de eco fantasmagórico. Aunque en muy pocos casos se acogió con rencor, sino más bien con una sensación de sorpresa extrema. La mayoría de los faberenses que le conocieron por su contacto directo como vecinos o bien como subordinados, a pesar de su fuga, apenas si habían vuelto a reparar en cuál podría haber sido su destino. Muchos de ellos, al ser consultados ayer por este periódico, creían de hecho que ya estaría muerto. Lo que no consiguió el grisú el 19 de noviembre de 1984, aunque a las ocho de la mañana el ingeniero aún no se encontraba en el fatídico piso 17 del grupo Río, lo hizo la policía moscovita tras una brutal paliza. El ingeniero prófugo del siniestro de Cofasa fue apaleado por la policía la madrugada del 14 de enero, fecha en la que algunos rusos celebran todavía el año nuevo. Aunque su fallecimiento se produjo el 23 de ese mismo mes en un hospital de Moscú donde había sido ingresado. La autopsia reveló que por un «desgarramiento del hígado y del intestino delgado». Fernando, del que no se tenía ni rastro en España, había salido el 13 de enero por la noche para festejar con su familia el nuevo año con una cena y unas copas de champán y vodka.