«En Ponferrada la seguridad es saludable, no hay puntos negros que generen miedo»

Laudino Álvarez Losada es desde hace poco más de un mes el nuevo comisario del Cuerpo Nacional de Policía de Ponferrada. Álvarez es berciano, tiene 57 años, está casado y es padre de dos hijas. Estudió en el colegio San Ignacio -es de la misma promoción que Amancio Prada o Ismael Álvarez-, y luego cursó Derecho en Oviedo. Hasta 2004 desarrolló la mayor parte de su carrera policía en la comisaría de la capital berciana. Luego, con motivo de su promoción al comisariado, fue destinado a Vigo, donde entre otros cargos desempeño la jefatura de Seguridad Ciudadana. Comedido, optimista, afable... En esta entrevista realiza un análisis de la situación en la ciudad y esboza algunas de sus propuestas de trabajo. - Acaba de apuntarse un buen tanto, junto a su equipo, al esclarecer el incendio intencionado del polígono de La Barca. Pero tomó posesión justo 24 horas después del asalto a las cajas de seguridad del Pastor. ¿En qué pensó. Tal vez en la mala suerte o lo afrontó como un nuevo reto? -Nada de eso. Venía de una población en la que hay más de 50 atracos al año a bancos, como es Vigo, y este robo tampoco es un hecho tan excepcional. Aunque en Ponferrada tengamos que remontarnos a 1996, que fue cuando ocurrió el último acto de este tipo. Es un robo cualificado, pero un robo en definitiva. -Por cierto, como van las investigaciones sobre el asalto al Pastor. ¿Han avanzado? -Para no perjudicar la investigación no podemos ofrecer más datos concretos. Pero tenemos varias líneas y quiero ser optimista respecto al resultado. Se podría decir que se avanza, ligeramente, pero se avanza. - En sus primeras declaraciones públicas llamó la atención sobre los casos de violencia de género. ¿Existe un problema realmente grave en Ponferrada con este asunto? - La violencia de género es una tipología generaliza en toda España y los aumentos en cifras globales son importantes. Pero son achacables también a circunstancias como que estos hechos antes no se denunciaban con la misma profusión, y luego que la modificación legislativa incrementa el número de conductas delictivas. Pero el incremento en Ponferrada no se puede catalogar de preocupante. Entiendo que no se deben adoptar medidas especiales, aunque seguimos escrupulosamente un protocolo de atención a las víctimas de género y dentro de la plantilla tenemos una pequeña unidad específica en la que un funcionario entra en acción cuando vemos que hay riesgo real de agresión. Además, contamos con la colaboración de la Policía Local, que es inestimable. - Usted descarta que en Ponferrada exista crimen organizado y ha señalado que la tasa de criminalidad es relativamente baja, pero qué problemas de seguridad, aunque sean menores, deben atajarse ya. -Las cifras concretas son misión del gabinete de prensa de la Subdelegación del Gobierno, pero sí se ha publicitado ya que la tasa de criminalidad de Ponferrada está en un 31 por mil, muy por debajo de la media regional y más aún de la nacional. Con este indicador es suficiente para hacernos una idea de que la situación de la seguridad ciudadana en Ponferrada es saludable. Además hay que destacar la naturalidad de ocupación de espacios públicos, no tenemos ningún punto negro por el que el ciudadano no pueda circular por miedo a algún tipo de agresión. -Aún en ese marco de tranquilidad general, ha palpado alguna inquietud ciudadana por el vandalismo callejero de ciertos adolescentes o por enfrentamientos entre supuestas bandas. -Vivimos en un mundo globalizado y hay quizás una preocupación generalizada en el resto del país. Aquí el tema fue analizado en una junta de seguridad del 19 de diciembre sobre la base de unos hechos puntuales en entornos de ocio, y se concluyó que era infundado hablar de bandas en Ponferrada. El concepto de banda es muy exigente. Hablar aquí de bandas es una exageración. Pero se acordó que Cuerpo Nacional de Policía y Policía Local actuaran coordinadamente para tratar de prevenir estos hechos y desde entonces hay un dispositivo los fines de semana en zonas de concentración de juventud. -¿Y cuál es su perspectiva sobre el tráfico y consumo de drogas en la capital de la comarca? -Nos mantenemos en la misma tónica que en otras ciudades. Lo que ocurre aquí es que el consumo de heroína, que es mucho más llamativo en la calle y genera más alarma, ese consumo ha descendido notoriamente. Sin embargo se incrementa el consumo de otras sustancias como la cocaína, más de ámbito privado, y que genera menos alarma social aunque el daño en la salud de las personas sea el mismo. No obstante tenemos un plan operativo, a nivel de toda España, para reprimir el consumo y tráfico minorista de estupefacientes tanto en el entorno educativo como en el de ocio. En este primer trimestre haremos un balance, que seguramente difundirá la Subdelegación. -En su etapa precedente en la comisaría ponferradina tuvo mucha relación con extranjería. ¿Cuál es el grado de convivencia e integración en la actualidad? ¿Se pueden preludiar problemas? -Esta es una zona tradicionalmente de acogida de extranjeros. En mi anterior época como inspector nunca hubo problemas de criminalidad. La segunda comunidad, que entonces tras la portuguesa era la caboverdiana, tuvo siempre un comportamiento ejemplar. Lo que ocurre es que quizás, como en otras zonas, las segundas generaciones son ligeramente más conflictivas. Pero no creo que quepa hablar de una problemática especial en la zona. Además tenemos que evitar la criminalización porque sobre todo con ciudadanos de países del Este existe cierta tendencia a ésto. -¿En el plano operativo, diría usted que la coordinación local con el resto de fuerzas de seguridad es la adecuada? -Sí, la coordinación y la colaboración son imprescindibles para evitar solapamientos en las actuaciones. Es elemental una mínima coordinación y en eso estamos. Sobre todo con la Policía Local a través de las juntas de seguridad. En determinados municipios se han firmado hasta protocolos de colaboración. Pero en muchos casos depende del trato personal entre las personas encargadas de desarrollar esa coordinación. Aquí en Ponferrada ese trato es óptimo. -Usted ha destacado el buen clima laboral interno en la comisaría. Incluso lo atribuyó en buena medida a su antecesor, pero ¿cree que dispone de la plantilla suficiente para una ciudad de estas características? -Este es el caso de la botella medio llena o medio vacía. Prefiero verla medio llena. Es deseable un incremento, pero la dotación es la que es y yo la considera suficiente. Además se ha visto rejuvenecida durante el 2005, que antes estábamos en un promedio de edad por encima de los 50 años, y con la llegada de nuevos funcionarios pues tenemos, como diría un entrenador de fútbol, una mezcla satisfactoria de veteranía y juventud. La plantilla podría incrementarse, repito, pero está suficientemente dotada.