Dos glorietas para eliminar los semáforos y dos zonas verdes

El proyecto del nuevo puente sobre el río Boeza eliminará el cuello de botella que se produce en la actualidad para cruzar por el viejo viaducto, de un sólo carril y sustituirá los semáforos que regulan el tráfico con dos glorietas a cada lado de la infraestructura que servirán además para obligar a los conductores a reducir la velocidad. El puente viejo quedará reservado como lugar de paseo, con dos pequeñas zonas verdes y una iluminación indirecta que realzará su perfil. El viaducto nuevo, que con una altura máxima de 14 metros estará por debajo del puente histórico, se construirá con materiales ligeros para no robar protagonismo. El proyecto no sólo permitirá al viejo puente recuperar su piedra natural y eliminar sus fisuras. También acabará con el riesgo que sufren los peatones en la actualidad, obligados a cruzar por el mismo vano estrecho que los vehículos. El Ayuntamiento se verá obligado a derribar el edificio deshabitado de la orilla del monte Pajariel.