La crispación

TAL PARECE que el fin de los tiempos es llegado, si atendemos a algunos voceros, tan concentrados en machacar el hierro del todo vale con tal de desgastar al Gobierno. Digo esto porque, honestamente, no veo yo la desmembración de España, ni el entreguismo ante el terror, por ninguna parte. Y como se que el secreto del gran inquisidor es su falta de fe, pienso que se trata de una estrategia, made in Faes, más que de un convencimiento personal. Lo malo es que muchos de buena fe y que beben en una sola fuente, están alarmados de verdad, que no duermen. A tales lectores, si alguno hay de esta columna, les aconsejo la lectura del Diario de León de hace cien años que viene reeditando este periódico. Comprobarán que cualquier tiempo pasado ha sido tiempo de tribulación y mudanza para quienes, desde los sofistas, han vivido de cabrear al vecino. Basta leer las trifulcas entre projudíos y antisemitas, entre el Diario de León y la Democracia, o la camorra ante el contraste de pareceres entre publicaciones de distinto signo, «qué desgracia, qué inundación, qué belén». Por lo escrito hasta aquí, reconforta, precisamente, el talante de la Mesa de seguimiento pro Autovía de Ponferrada a Orense, integrada por fuerzas políticas, económicas y sociales, entre ellos algunos conversos, de sabios es mudar de consejo. Además de compartir el objetivo, sobradamente razonable que les une, valoro el contenido de sus acuerdos, tomados por unanimidad, tan sorprendentes en tiempos de cólera, como lo fuera para un soldado el inciso final de la Ley de Unificación de las Fuerzas Armadas del Canadá: «cuando exista confusión, regirá el sentido común». «Mi coronel, interrumpió el veterano, ese es un cambio de política excesivamente radical». Pienso que esa vía del sentido común es el mejor camino para llegar a una autovía lo antes posible, por la vía lógica que la naturaleza definió siempre como prioritaria, para unir el Bierzo con las tierras de La Lastra, Valdeorras, el Lor, Lemos, la Ribeira Sacra y la Ruta del Románico, hasta su arribada a la capital de As Burgas. «Vamos a estar encima permanentemente», dicen y hacen bien, para evitar que el estudio informativo se duerma en los cajones, así como el estudio de impacto ambiental y el proyecto de ejecución de la nueva vía de progreso, imprescindible para todo ese territorio, con tantos atractivos y potencialidades como histórica marginación y olvido.