OBITUARIO
Al maestro de Carucedo
ESTO ES un recuerdo a don Antonio Pérez Sierra, maestro de escuela. El pasado 14 de febrero dimos el último adiós en Santa Coloma de Somoza a don Antonio, maestro que fue entre otros pueblos de Carucedo durante más de 25 años. En dicho pueblo tuve la suerte de tenerlo de vecino y contar con su amistad. Durante esos 25 años salieron de su aula generaciones de hombres y mujeres que hoy están trabajando en todas partes y a todos los niveles. Era un auténtico ejemplo de maestro vocacional, de los hombres que han forjado generaciones enseñando, además de las materias propias de la enseñanza, también el trabajo, el sacrificio, la prudencia, el respeto a los demás, con la paciencia que él tenía. Nunca lo vi enfadado, ni dentro ni fuera de clase. Era maestro en el más amplio sentido del término. Estaba interesado por todo lo que le rodeaba, la flora, la fauna de la zona, e incluso se construyó una estación meteorológica para enseñar cuáles son los cultivos apropiados para la zona según la precipitación o temperatura. Como maestro era una enciclopedia activa, pues estaba al día de todos los pormenores y siempre tenía respuesta para toda consulta. Vivió por y para la enseñanza. Él mismo escribió un libro dedicado al maestro rural, donde relataba sus vivencias en los diferentes pueblos donde ejerció. Yo, que soy hijo de maestro y hermano de unos cuantos, sé lo que es tener vocación de magisterio y lo difícil que es enseñar, y no sólo las ciencias y las letras, sino cómo comportarse en la vida con sentido ético y moral, a respetar y a ser respetado. Como persona, don Antonio era la prudencia encarnada. Nunca le oí una crítica negativa de nadie. Él siempre veía el lado positivo de la vida y de las cosas. Animaba y daba buen consejo tanto a padres como a alumnos, nunca se enojaba y su paciencia no tenía límites. Ha sido una persona excepcional que el pueblo de Carucedo tuvo la suerte de tenerlo como maestro durante una larga etapa de su vida, donde dio todo por y para la enseñanza. Mucho lo echamos de menos cuando, poco antes de jubilarse, se fue par cerca de su tierra. No quería acabar este escrito sin enviarle ánimo a su familia. Ella disfrutó de sus virtudes, y a ella su ausencia le ha dejado un gran vacío. Adiós, amigo maestro, en nombre mío y de todo el pueblo. Hoy, día 4 de marzo, se celebrará una misa solemne en Carucedo. Invitamos a participar a todo el pueblo, así como a todos los que le conocieron.