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| Reportaje | Patrimonio en el exilio o perdido |

El arte berciano expoliado

Varios inventarios, entre ellos uno de la UPL, recogen numerosas obras, hasta 50, y su destino en un intento para que las instituciones las recuperen o hagan algo al respecto

Publicado por
Alejandro J. García - ponferrada
Ponferrada

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Cuando se habla de arte, y más de arte berciano, siempre sale a relucir la mítica Cruz de Peñalba, símbolo prácticamente de la comarca. Esta cruz, actualmente en el Museo de León, «vive» fuera su lugar de origen, de donde en teoría pertenece. Lo mismo le pasa a la joya más preciada del Bierzo, el Cáliz de Peñalba, que por su antiguedad y sus características le hacen acreedora de tal estima, y sin embargo, también esta pieza se encuentra fuera del Bierzo; nada más y nada menos que en el Museo del Louvre parisino. Éstos, son sólo dos ejemplos de los muchos fondos artísticos que, siendo del Bierzo, se han perdido, olvidado, o simplemente, expoliado a lo largo de los siglos y «muy especialmente en los últimos tiempos», según aseguran los distintos expertos consultados. Tipos de obras Pero una obra de arte no es sólo una joya, una talla de cierta antiguedad o calidad... Existen también documentos que, por su importancia, significado, transcendencia o su datación también son considerados piezas artísticas. También los libros, sobre todo los monacales, constituyen una pieza codiciada y cotizada por los «cazadores de tesoros de arte» y coleccionistas de todo tipo. «En este mundillo, se puede afirmar que ha habido épocas y lugares en los que se han cargado camiones de antiguedades y desmontado iglesias, bibliotecas enteras», asegura Alejandro Valderas, autor de uno de los inventarios más importantes de «arte emigrado» y concejal de la UPL en León. Según el trabajo de Valderas, «hasta un total de 50 piezas hemos catalogado en otras tantas fichas de obras de arte bercianas que, existiendo, no están ni siquiera inventariadas por quien tenía que hacerlo, esto es, la Junta de Castilla y León». Una de las obras más llamativas es la llamada «Biblioteca Monástica del Monasterio de Carracedo». Valderas ha intentado reconstruir virtualmente esta magnífica biblioteca encontrando «un centenar de libros realizados entre los siglos XVI al XIX que la Diputación compró y devolvió a su lugar, varios libros en propiedad del Instituto Leonés de Cultura, un beato en la catedral del Burgo de Osma, un Santoral que tiene la historia de Paulo, Diácono de Mérida, y las obras de San Valerio en la catedral de Oviedo... y así muchos ejemplares más esparcidos por medio mundo». La lista es interminable. «¿Dónde están las tallas de Pedro de Berruguete de Villafranca del Bierzo? ¿El arte mozárabe que se alojaba en las iglesias bercianas de este estilo que ahora las conocemos «peladas?», se pregunta Valderas.