Universitarios a los 55 años

Los alumnos de la Universidad de la Experiencia están alcanzando la esencia misma de la sabiduría. Y así lo contaban ayer a quien les quería escuchar en Ponferrada. «Vamos sin agobios, sin exámenes, sin preguntas, sin presiones. Como no vas a conseguir nada más que el propio saber por sí mismo, (ir a clase) es extraordinario», decía el ponferradino José Méndez Gómez, que este año se ha matriculado por primera vez. Medio millar de universitarios mayores de 55 años se dieron cita en la capital berciana para asistir al cuarto encuentro de alumnos del Programa Universitario de la Experiencia. Venían de toda Castilla y León; de la Universidad de Burgos, la de Salamanca, la Católica de Ávila, la Miguel de Cervantes, la SEK de Segovia, la de Valladolid y la Pontificia, sin olvidar la de León, y dedicaron el día a conocer el campus, Las Médulas y el casco antiguo de Ponferrada, que súbitamente se llenó de corrillos durante la mañana como si un aluvión de turistas hubiera desembarcado en la ciudad. A media mañana, llenaron el Teatro Bergidum para asistir a un acto académico que contó con la presencia del alcalde, Carlos López Riesco y del presidente del Consejo del Bierzo, Ricardo González Saavedra y por la tarde, tras almorzar en el restaurante El Oro de Roma, en Carracedelo, recorrieron el paraje de Las Médulas en una visita cultural que se convirtió en la mejor clase práctica sobre la presencia de los romanos en el Bierzo. Por que de eso trata la Universidad de la Experiencia, con 22 sedes en Castilla y León y 130 alumnos en Ponferrada, León y Astorga; de aprender. Y hacerlo por el placer de saber. «Cuando estás escuchando (las clases), piensas y no estás viendo culebrones», decía a la entrada del Teatro Bergidum Araceli, encantada de volver a las aulas para asistir a clases de Historia, de Artes Escénicas y de Literatura en su segundo curso. En Castilla y León, los universitarios mayores de 55 años ya son un siete por ciento. «Es un porcentaje pequeño en relación a alumnos reglados, pero si es importante en el campus de Ponferrada, donde son más alumnos que en las ingenierías», aseguraba el director del encuentro, Roberto Jáñez. El tesón de Araceli y de sus compañeros sólo recibía ayer elogios. «Me parece admirable que una persona en una etapa de madurez tenga la valentía de ponerse a estudiar y a seguir cultivándose intelectualmente», aseguraba el alcalde. Son «personas que han concluido su vida laboral, pero están desarrollando otras actividades interesantísimas para el crecimiento personal y de la sociedad», decía, por su parte el presidente del Consejo. Desde dentro, José Méndez no dejaba de animar a otros jubilados a apuntarse. «Como prueben, se enganchan».