La perrera de Ponferrada logra su mejor nivel de adopciones, que llegan a 10 al mes

El número de adopciones de animales recogidos en la perrera municipal de Ponferrada ha llegado a los diez en el presente mes de marzo. Esta cifra viene a constatar según la responsable del área de Medio Ambiente, Teresa García Magaz, un cambio de hábitos entre los ponferradinos que hasta hace poco más de un año preferían acudir a establecimientos de venta de animales a intentar sacar de dichas instalaciones a perros que por una u otra causa habían sido abandonados. Los diez perros que hasta ayer han sido adoptados a lo largo de este mes llegan incluso a superar el número de aquellos que son recogidos en las instalaciones a la espera de un nuevo hogar, en algunos casos y por la avanzada edad del animal, situación complicada. Aún así, la pasada semana sólo 14 perros estaban recogidos en la perrera, cifra que en la actualidad ha llegado a los 22 tras hacerse cargo esta instalación de seis crías abandonadas. Para Teresa García Magaz, responsable de la concejalía de Medio Ambiente a la que se adscribe la perrera, en algunos momentos de este año se ha llegado incluso a precisar de una lista de espera dada la afluencia de personas interesadas en perros de una determinada clase, algo que también ha variado últimamente ya que si bien antes las personas que acudían a esta instalación lo hacían con la idea clara de adoptar un perro de determinada raza, en la actualidad dicha premisa ya no ocupa las preferencias de sus usuarios. Dicha circunstancia supone para Magaz que las campañas de concienciación emprendidas desde el Ayuntamiento están surtiendo efecto, no sólo por el aumento considerable en el número de adopciones que han dejado a la perrera incluso en cifras cercanas a la decena de inquilinos (algo inaudito hace algunos años), sino también por el hecho de que ahora ya no se ve a esta instalación como un lugar en el que se recogen perros para su sacrificio dada su alta edad, sino como un lugar en el que la atención, cuidado y vigilancia posibilitan que los animales que de allí se recogan para los hogares cuentan con todos los requisitos sanitarios obligatorios, entre ellos el portar un microchip que determine su identidad, fije sus vacunas y, en suma, sirva para su localización. A pesar de todo, la responsable de Medio Ambiente del Ayuntamiento ponferradino sigue recalcando la necesidad de evitar hábitos como el de abandonar perros cuando son mayores, el de hacerlo con los cachorros que no se quiere o el de creer que en la perrera todos sus inquilinos son de desecho.