La riqueza forestal no reconocida Árboles singulares, pero sin protección como merecen

La comarca del Bierzo cuenta con una superficie territorial de 2.969 kilómetros cuadrados, 296.000 hectáreas, de las que 45.667 hectáreas están catalogadas como «superficie forestal» o «monte alto», y 115.000 de «superficie agrícola» o «monte bajo». En toda esta vasta superficie de terreno tan sólo existen seis espacios naturales protegidos por ley en diferentes categorías: Las Médulas como monumento natural con 1.115 hectáreas, la Sierra de los Ancares como REN (Red de Espacios Naturales), LIC (Lugar de Especial Importancia Comunitaria y ZEPA (Zona de Especial Atención para las Aves) con 55.521 hectáreas, la Sierra de la Encina de La Lastra como REN y LIC con 289 hectáreas, los Montes Aquilianos como REN, LIC y ZEPA con 21.877 hectáreas, las Riberas del Río Sil y afluentes como LIC con 313 hectáreas y el Alto Sil como LIC y ZEPA con 2.747 hectáreas. En total, hay una protección más o menos oficial en 81.862 hectáreas, un 27 por ciento de la supercie del Bierzo. Trabajo de campo Pero a pesar de todo ello, y como se puso de manifiesto en el I Encuentro del Día Forestal Mundial celebrado la semana pasada en Ponferrada, falta determinar mucho más esas zonas, especificar, inventariar tanto superficies boscosas como árboles singulares y autóctonos. Hasta casi una veintena de bosques bien por su antiguedad, bien por la escased de los ejemplares vegetales que allí viven, están prácticamente sin reconocer oficialmente. Así lo puso de manifiesto el catedrático de la Universidad de León, Alfonso Fernández y por ello trabajan celosamente los miembros de la prestigiosa asociación «A Morteira» del Bierzo. La comarca tiene una gran variedad de especies vegetales y arbóreas debido a su privilegiada situación en la confluencia de dos regiones biogeográficas, la eurosiberiana, atlántica, norteña y húmeda, con los robles, abedules, pradairos, hayas y acebos como protagonistas; y la mediterránea, más seca y cálida en la que abundan encinas, alcornoques, madroños y almendros. Sí, se está redactando un inventario. Universidad de León, A Morteira y otras instituciones, en especial el Consejo Comarcal apoyan la iniciativa. Pero sin embargo, «una larga lista de árboles singulares y sotos merecen una especial protección y planes de actuación por parte de la Administración». dice Nespral con razón. Sotos significativos son: los sotos del Monasterio de Cabeza de Alba en Corullón, de Pobladura de Somoza, de Montes de Valdueza, de Villar de Acero, de Gestoso en Oencia, de Las Médulas... Árboles singulares y monumentales, por cultivo, por tradición o silvestres son: el Tejo de San Cristóbal, el Ciprés de La Anunciada, el Castaño del Campano en Villar de Acero, el Xardón do Peruchín en Oterode Villadecanes, el conjunto de Cipreses del Cementerio de Cacabelos, el Arbol del Amor de Arganza, Castaños de Balboa, Tejo de Lamagrande, Tejo de Villafeile, Olivo de Labaniego, Serbal de Langre, Perales de Orellán, Magnolio de Cacabelos, Perales de Villabuena, Robles de Suárbol, Roble de Tejedo de Ancares, Castaño de Villasumil, Aliso de Carracedo, Cedros de Carracedo... Resulta sorprendente a la altura de los tiempos en los que estamos es que los organismos oficiales como la Consejería de Medio Ambiente, no tenga más pormenorizada esta riqueza natural.