Diario de León

La Fundación del Patrimonio mejora su proyecto de restauración con nuevas actuaciones

Cornatel vence a la ruina Ayer, a punto de desplomarse Hoy, obreros en los andamios

Recuperada la Torre del Homenaje, la sala principal y dos plantas de la casa doméstica

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Carlos Fidalgo - ponferrada
Ponferrada

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El castillo de Cornatel ha ganado su última batalla. Y lo ha hecho frente a un enemigo más tenaz que los irmandiños gallegos -los campesinos levantados en armas contra los condes de Lemos que derribaron sus muros allá por el año 1469- o que el nieto bastardo del señor de los Osorio, Don Rodrigo; doncel que asedió la fortaleza para reclamar sus derechos dinásticos al morir su abuelo sin dejar testamento unos años después, y que sólo levantó el cerco cuando el conde de Benavente acudió en auxilio de la viuda al frente, dicen las crónicas, de un poderoso ejército. Y es que la milenaria fortaleza del Cuerno de la Tierra, enclavada en un roca que despunta sobre la carretera de Priaranza desde los albores del primer milenio, ha vencido a la ruina y al expolio después de cinco siglos de abandono. La primera fase de las obras de rehabilitación emprendidas por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León (integrada por las cajas de ahorros y la Junta) la Diputación y en menor media el Ayuntamiento de Priaranza se encuentra lo suficientemente avanzada como para asegurar que los muros convados por años de filtraciones y heladas ya no corren riesgo de desplomarse cuando llegue el próximo invierno. Adjudicadas a la empresa Trycsa en 1,2 millones de euros y bajo la dirección del arquitecto Fernando Cobos, que también es autor del Plan Director del castillo de Ponferrada, las obras realizadas en Cornatel no sólo han permitido retirar el escombro que ocultaba el nivel original del interior de la fortaleza. Al día de hoy está prácticamente terminada la reconstrucción de los forjados y la intervención en la Torre del Homenaje, que con sus nuevos suelos y escaleras interiores formará parte del recorrido visitable desde el adarve. La ronda, en vista de las nuevas estructuras aparecidas al desescombrar, también se adaptará a las cotas para poder bajar a dos nuevos habitáculos, además de servir como mirador cuando concluyan las obras el próximo verano El desescombro junto a la puerta de acceso también ha sacado a la luz la sala principal, reconstruida y techada, un zaguán y unas escaleras. Y la llamada casa doméstica o también casa del Conde de Lemos, donde los señores del castillo tenían su residencia y que en los últimos inviernos había perdido una de sus esquinas, ha recuperado ventanas y puertas, y el nivel original, donde ha aparecido un gran basamento de roca que obligará a replantear el recorrido hasta la escalera de la primera planta. La modificación del proyecto añadirá una estructura de madera para salvar este obstáculo y dejar el basamento a la vista. Y en la sala anexa, que se usaba como aljibe, una pequeña pasarela servirá para que los visitantes puedan contemplar el hueco en toda su profundidad. Desde el espacio que proponía el proyecto original, sólo cabía asomarse. La fragilidad de los muros de Cornatel se dejaba notar hasta el pasado otoño en los muros de la puerta de entrada y en el gran boquete junto a la sala principal, apuntalado por maderas. A la derecha de la imagen, al otro lado del puente improvisado, pueden verse los escombros que cubrían la sala principal. Los obreros han reconstruido la sala principal y consolidado el muro de la puerta de acceso. En la zona ha aparecido un zaguán y unas escaleras y conjunto presenta un aspecto reforzado, que está muy lejos de la fragilidad que transmitía la imagen tomada unos meses atrás. Las obras deberían acabar a lo largo del verano.

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