«Le recordamos con orgullo»

Isidro de la Cal García y Concepción Miñambres de la Cal, son nietos de Martín. Viven en Ponferrada, en Patricia y Otero respectivamente. Ambos recuerdan «con orgullo y cariño», la figura de su abuelo. Isidro recuerda su niñez, su propia orfandad por lo que el abuelo hacía también las veces de padre. «Iba con él a coger hierba, castañas...Rezaba varias veces al día. Como pastor, recibía a mucha gente de toda la provincia que, incluso, se quedaban a dormir como buenamente podían. Su casa era la de todos. A veces mataba un cordero para celebrar una fiesta. Desde luego, seguía la Biblia, la leía un rato al día, bendecía la mesa...». Conchi explica que, a pesar de haber emigrado toda la familia a Argentina, él, por la abuela, tuvo que volver. «Se fue siendo un gran católico y regresó siendo un gran protestante. Un referente de fe, en todo caso». Los nietos relatan los favores que hacía a todo el mundo y, sin embargo, por profesar un credo distinto, «para unos, los nacionales, era el culpable de todo lo que pasase, y para los otros, un religioso más».