| Reportaje | Un problema social crónico | BEMBIBRE FABERO
El paro no se contiene en el Bierzo La excepción, baja el paro en el Bierzo Alto Ligera crecida en la cuenca minera norte Ponferrada, donde más aumenta
En la primera mitad del año se registran 110 parados más en la comarca que en el mismo periodo del 2005. En total 8.053 bercianos se encuentran en la nómina de desempleados
El paro. Una de las preocupaciones mayores de los ciudadanos cada vez que se realizan estadísticas a diversos niveles sigue siendo una de las principales, sino la número uno, preocupaciones de las personas. En junio de 2005 existían 24.295 0 parados en la provincia de León. En el Bierzo, en esas mismas fechas, 7.943 desempleados. Ha pasado prácticamente un año, y durante el transcurso de ese tiempo se ha producido una nueva clasificación oficial de los demandantes de empleo. El Ecyl, organismo dependiente de la Junta de Castilla y León, ha sustituido al estatal Inem. «Ahora tenemos dos grandes grupos», explican técnicos del Ecyl, «los demandantes de empleo, esto es, los que están inscritos pero que puede que tengan otros trabajos menores, prejubilados y extranjeros; y los clásicos parados o demandantes parados, es decir, los que están sin empleo y también están inscritos en el Ecyl». Muchas personas son demandantes de empleo pero tienen ayudas oficiales, retribuciones pequeñas sin contrato y casos parecidos. Por lo que lo más parecido al desempleado o parado clásico lo encontramos en el demandante parado. Todo un alarde de ingeniería contable o estadística social. A día de hoy Pero a día de hoy las cifras han aumentado ligeramente doce meses, bueno, mejor dicho, once meses después. En la provincia de León hay 24.567 demandantes parados a fecha del 1 de mayo del 2006, mientras que sumadas las tres oficinas del Ecyl en el Bierzo, esto es, Ponferrada, Bembibre y Fabero, dan como resultado final un total de 8.053 demandantes parados. Es decir, 110 bercianos desempleados más que en las mismas fechas aproximadamente que el año pasado. El paro, entonces, ha crecido se diga lo que se diga. Por sectores, el que registra más parados en El Bierzo son los servicios, seguido por la industria, en tercer lugar están los parados en la construcción y el resto importante está en la agricultura. Pese al crecimiento económico estable y al aumento de afiliados a la Seguridad Social, en este sentido destacan los extranjeros, lo cierto es que los sindicatos leen en los contratos temporales, la falta de una reducción real del empleo salvo meses puntuales de repuntes al alza o a la baja. La temporalidad y el desempleo de jóvenes y mujeres, son factores que se reflejan crónicamente en las estadísticas oficiales del paro. Políticos de los gobiernos central o autonómico, así como la patronal, o sea, los empresarios, sin embargo ven con cierto optimismo el futuro de las listas de desempleo, así ante las cifras del último mes todos coincidieron en señalar que «se rebajará el desempleo con el inicio de la campaña de verano, los contratos en hostelería y turismo en general, así como los de sustitución en las empresas en las que sus plantillas toman vacaciones». Perfil Estudiando los datos oficiales del Ecyl y del Inem, el perfil del parado berciano es un varón de entre 25 a 30 años, mientras que en la mujer es de 35 a 40 años de edad. Son personas, en el caso de los hombres, que acceden a sus primeros empleos con dificultad, que les cuestan entrar en el mercado laboral. En el caso de las mujeres, ocupan una bolsa de personas que si bien han tenido empleos antes, lo han dejado para tener hijos y ahora les resulta, por decirlo de alguna manera «tarde» para muchos empleos que demandan un perfil de edad menor. Es el gran cajón de sastre en el que se ha convertido el sector servicios donde más incide el desempleo. Donde el nivel de estudios supera ligeramente a lo básico, pero no pasa del grado medio. Entre el 20 y el 25 por ciento de los 8.000 parados bercianos reúne este perfil, pero desde el Ecyl se advierte que «está aumentando considerablemente el grupo de parados de mediana edad que podría, de seguir así, cambiar el perfil que hasta este momento ha predominado». La traducción que se da a este respecto es «la de un grupo de personas que cubren su etapa juvenil con contratos temporales, pero que llegan a la mediana edad sin una estabilidad laboral, esto es, una fijeza en una empresa». La hostelería, los comerciales y una larga lista de trabajadores no calificados engrosan este colectivo. Un total de 35 personas menos están inscritas en las listas del desempleo en la oficina de Bembibre con respecto a las mismas fechas del ejercicio anterior. Es la excepción de toda la comarca berciana. Mientras que en junio del 2005 había 1.049 demandantes parados, un año casi después son 1.014. Tímido retroceso del desempleo, pero retroceso al fin y al cabo. Al parecer el motivo viene dado por una serie de empresas que se han instalado en el polígono industrial de la villa, además de varias prejubilaciones que al final se han resuelto haciendo abandonar de las listas del Ecyl a unos cuantos trabajadores. En líneas generales Bembibre por los 1.000 parados, con una tendencia al alza, de ahí lo excepcional de esta ocasión. El perfil del desempleado en Bembibre es el de varón de 30 a 50 años, con estudios primarios y muchos de ellos con experiencias laborales en construcción, minería y maquinaria. Población relativamente envejecida pero un poco más cualificada que el resto de la comarca. Un total de 14 demandantes parados más existen a día de hoy en Fabero. En junio del 2005 existían 628 desempleados y ahora en el 2006, un total de 642. Se podría decir que aquí, ni sube ni baja el paro, donde la tendencia general anual es a la baja, no así en estos meses. La temporalidad es la nota predominante de un promedio de 500 parados anuales que viven en Fabero y su cuenca minera. A pesar de los intentos de reindustrialización no termina de llegar cifras de ocupación que obliguen a hablar de pleno empleo. Existe en el perfil del parado de Fabero una característica distintiva, la de varones de 40 a 50 años de edad. Esto es, gente laboralmente muy mayor, pero todavía pertenecientes a la población activa. Un total de 131 personas más se han inscrito en las oficinas del Ecyl al cabo prácticamente de un año. Mientras que en junio del 2005 estaban apuntadas 6.266, en mayo del 2006 figuraban 8.053 demandantes parados. En principio es lógico que en el mayor núcleo de población, que recoge además los desempleados del resto de la comarca donde no hay oficinas oficiales, sea el lugar donde más se note el anunciado aumento del paro. Entre el 13 y el 14 por ciento de la población activa, es decir, en edad de trabajar, no lo hace en la capital berciana. El promedio anual siempre supera los 4.000 desempleados, siendo su progresión lenta pero firme en el aumento de los parados. La tradicional imagen de ciudad de oportunidades y de empresas emprendedoras demandantes de trabajadores no se cumple a tenor de las cifras reales del paro. Un desempleo que afecta sobre todo a mujeres entre 20 y 40 años con un nivel de estudios básicos, esto es, sin cualificación laboral. Quizás está ahí el quid de la cuestión. Hay trabajo, pero para personas cualificadas, preparadas en tareas específicas. De ahí que el esfuerzo en la puesta en marcha de cursos y talleres de especialización siguen siendo insuficientes para «preparar» a esa masa social que tiene graves dificultades para emplearse, a no ser en hostelería, limpieza, etc.