«Sólo pedimos que nos respeten en nuestra casa»
Los vecinos afectados quisieron ayer dejar bien claro que en este caso no existe nada de racismo ni inquina contra el colectivo caboverdiano. Lo único que piden es que les respeten en la paz de sus casas y que se adapten a las normas de convivencia de todo ciudadano. Ninguno de los vecinos accedió a una entrevista directa, pero no ocultaron su malestar. Aseguran que hay caboverdianos que llegan en coches frente a la sede en actitud desafiante, y con un alto grado de perturbación etílica hacen todo el ruido que pueden. Dicen los vecinos que cuando tienen que entrar a sus casas optan por bajar la mirada hacia el suelo y no encararse con nadie, ya que en ocasiones han recibido gritos en los que les acusan de racistas. Muchos de estos vecinos dicen que no les queda otra cosa que resignarse, pero recuerdan que ellos, los españoles, fueron emigrantes en Francia, Suiza o Bélgica, y allí siguieron las costumbres del país que les acogió. Sin embargo, en casos puntuales de los caboverdianos, son ellos los que pretenden imponer sus costumbres.