Un monolito recordará en Sancedo a un centenar de víctimas del franquismo

Un monolito servirá para recordar a partir de mañana sábado a los enterrados en una de las mayores fosas comunes del franquismo en la comarca del Bierzo. La que se localiza en el término de Sancedo, en el paraje conocido como «La Uve», y donde se calcula que pueden yacer un centenar de cuerpos de otros tantos paseados de la época. La inauguración del monolito, a partir de las 20.00 horas, servirá para rendir tributo a todas esas personas desaparecidas, en un acto que ha sido promovido directamente por sus familiares y los amigos de éstos. La mayoría de los cuerpos sepultados en «La Uve», en un pago que coincide actualmente con el cruce de las carreteras que conducen a Vega de Espinareda y a Cacabelos, eran jóvenes del entorno de Sancedo, de Fabero y también de la propia Vega de Espinareda. La dictadura no dejó testimonio alguno de que hubieran estado presos, aunque sus familias dan fe de que estuvieron detenidos en los cuarteles de la Guardia Civil de los ayuntamientos mencionados. «Fueron enterrados sin nombre ni apellidos, como un rebaño de ovejas entre la maleza. Sin más delito que apoyar al gobierno democráticamente elegido», rememoraron ayer en tono crítico los impulsores del homenaje en declaraciones realizadas a este periódico. El reconocimiento, además del descubrimiento del monolito, en el que se inscribirá una placa en memoria de todos los represaliados, incluye otros actos. Poéticos y musicales. Menchu Monteira, nieta de uno de los paseados, será una de las encargadas del recital en verso. Roberto García, Ángel Seco y Jorge Prada lo armonizarán junto a la violonchelista Guiomar Vega, y también se reservará un apartado para las intervenciones políticas. Flores y políticos Los alcaldes de Sancedo y de Fabero, Víctor Araujo y Demetrio Alfonso Canedo, respectivamente, serán los que cobrarán protagonismo en ese punto, y compartirán intervenciones con dos de los familiares de las víctimas, Alfonso Carro Abella y Pilar de la Fuente García. El colofón al nostálgico homenaje se pondrá con una ofrenda floral por parte de los familiares y otros asistentes al acto -se calcula que más de medio centenar-, que portarán claveles con colores de la bandera republicana. También se colocarán sobre el monolito las fotografías de muchas de las víctimas, imágenes que aún obran en poder de sus familias.