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| Crónica | Memoria de la represión |

Un monolito para la fosa de La Uve

Familiares de las víctimas del franquismo enterradas en un paraje de Sancedo celebran un homenaje para recordar que un centenar de cuerpos reposan en una sepultura anónima

Más de un centenar de personas asistió al homenaje en La Uve

Publicado por
M. Enríquez / C. Fidalgo - sancedo | ponferrada
Ponferrada

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En el lugar donde yacen enterrados decenas de paseados durante la Guerra Civil y la posguerra se cruzan hoy las carreteras de Vega de Espinareda y Cacabelos. Y desde esta semana, también se alzan un monolito de piedra para recordar que fueron enterrados sin nombres ni apellidos, condenados a reposar en una fosa anónima por sus ideas republicanas. Al sitio se le conoce como La Uve y ayer reunió a familiares y amigos de las víctimas en un homenaje que contó con el apoyo institucional de los alcaldes de Sancedo, en cuyo término se encuentra la fosa, y Fabero, y en el que tomaron la palabra Alfonso Carro Abella y Pilar de la Fuente García, descendientes de dos de los tres represaliados identificados; Primitivo Abella y Domingo Antonio de la Fuente, desaparecidos en el cuartel de Fabero en 1936 y 1937, además de Vicente Fernández Álvarez, visto por última vez en el cuartel de Vega de Espinareda en 1937. Sus nombres figuran en la placa en recuerdo a «todos los fusilados en este paraje, masacrados por el franquismo por luchar a favor de la democracia y el Gobierno legítimamente constituido». «La verdad tiene que saberse, moleste a quien moleste», afirmó Pilar de la Fuente, una de las promotoras del acto ante el lugar donde está enterrado su padre y después de que Alfonso Carro comparara las encinas que rodean la Uve con la fortaleza que han mostrado los familiares de los desaparecidos. Carro propuso que tras el homenaje, el siguiente paso sea sacar los cuerpos sepultados en la fosa de la Uve para darles un entierro digno. El acto que reunió a más de un centenar de personas y en el que también intervino el profesor de Historia Javier Prada, contó con una parte musical destacada. La flauta y el acordeón de Roberto García y Jorge Prada dieron paso a los versos escritos por Menchu Monteira, nieta de un paseado. «Hoy es un día de dignidad», había dicho, Félix Monteira, que perdió a su padre con la represión. «Va siendo hora de que ocupen el lugar les corresponde», dijo de las víctimas, por su parte, el alcalde de Fabero, Demetrio Alfonso Canedo, La violoncheslista Guiomar Vega interpretó la canción tradicional catalana El cant dels ocells (El canto de los pájaros), y una ofrenda floral, con claveles con los colores de la bandera republicana repartidos entre los asistentes, y la colocación de las fotografías de dos de las víctimas sirvieron para concluir el homenaje entre las encinas.