Diario de León
Publicado por
MANUEL CUENYA
León

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AUNQUE escriba esta columna hoy miércoles día de la música, que es también la entrada en el verano, no verá la luz, qué cursi me quedó esto, hasta el próximo lunes. Me apetece escribir sobre la música, no porque se celebre este día, lo cual no deja de ser un pretexto, sino porque la música, que es un arte sublime, y una de las bellas artes, tal vez la mejor y más universal, me procura intensos placeres. Tengo gratos recuerdos del día de la música cuando vivía en Francia, donde se celebraba por todo lo alto cual si se tratara de una Revolución, sobre todo en París. En el artículo del pasado lunes, en este mismo periódico, acabé hablando sobre el grupo berciano Ithaca, cuyos componentes, al menos tres, fueron alumnos de la Escuela de Cine de Ponferrada: Farah, que toca el bajo, María, voz y guitarra, y Benito Jodrá, que tañe teclados. Uno se alegra de verlos tocar, porque no sólo fueron nuestros alumnos sino que tocan bien y además son buena gente. Hace unos días dieron un concierto en el Tararí de Ponferrada. Farah y Benito (Beni) son bercianos y María es gallega. Farah comenzó su andadura musical en el ya desaparecido Deviot, como Roberto, otro de los miembros del grupo, que toca la guitarra. El último en incorporarse al grupo es el baterista, Marcos. Esperamos que Ithaca tenga gran proyección, no sólo en el Bierzo, sino en el resto del país, y aun fuera de él. El Bierzo, como buena parte del país, se convierte en un gran escenario musical durante el verano: verbenas, fiestinas, romerías, conciertos aquí y allá. Un festival al aire libre. En breve también tendrá lugar el legendario Festival de Ortigueira, que, como cada año, atrae a miles de personas, entre otras a muchos bercianos. Ortigueira, además de un pueblo marino hermoso, es como la prolongación natural del Bierzo. No podemos perdernos este festival porque tocan bandas como Gwendal o el neoyorkino Jerry González, a quien hemos visto en "Calle 54" de Fernando Trueba. Por otra parte están los veranos de la Villa en Madrid, en el patio del Conde Duque. Una buena ocasión para escuchar a Alan Parsons, Dulce Pontes, Enrique Morente, Khaled o la griega Haris Alexíou. A esta última tengo muchas ganas de verla y escucharla en directo. Como siempre Madrid es un lugar al que uno siempre vuelve. Por razones diversas. Madrid es un bazar de sorpresas, no sólo musicales. Lástima que la capital del Reino siga alejada de la «hoya» porque no hay un TGV que nos una en dos horas, como ocurre entre Lyon y París, cuya distancia es de algo más de 400 kilómetros

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