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Europa remueve las raíces del vino

Los bodegueros del Bierzo consideran «una salvajada» que los viñedos de mencía puedan verse afectados por la nueva regulación europea, que propone ayudas para arrancar cepas

Vendimiadores en un viñedo del municipio de Bembibre, en una imagen de archivo

Publicado por
Carlos Fidalgo - ponferrada
Ponferrada

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Cuatrocientas mil hectáreas de viñedos pueden desaparecer en toda Europa en cinco años si la futura Organización Común del Mercado (OCM) del vino que prepara la Comisión Europea subvenciona el arranque de cepas para acabar con los excedentes. Se bebe menos vino de mesa y hasta un 15 por ciento de la producción no tiene hueco en un mercado que debido al cambio de hábitos de los consumidores cada vez apuesta más por la calidad, y donde crecen las importaciones de vinos baratos del cono sur de América, Sudáfrica y Australia. La sola posibilidad de arrancar viñedos asusta a cualquier bodeguero, y aunque la OCM todavía debe negociarse y puede afectar más a quién comercializa vinos de menor calidad, una encuesta de urgencia con algunos de los más conocidos embotelladores del Bierzo revela las dudas de un sector que no ha dejado de crecer en la comarca desde la obtención de la Denominación de Origen. «Una barbaridad» «Arrancar un viñedo viejo es una barbaridad», afirma el director de ventas de Dominio de Tares, Mario Rico, convencido de que si finalmente se subvenciona con 6.000 euros cada hectárea arrancada, la prima será una tentación para algunos viticultores bercianos de mayor edad o para sus herederos. Y es que «el minifundio feroz» que caracteriza al Bierzo, señala Rico, aumenta los costes de explotación y puede facilitar la desaparición de cepas. «Ya pasó con los olivos y ahora descubren que no tenían que haberlo hecho», añade. Rico reconoce que los excedentes son un problema y aunque entiende que arrancar viñas de variedades que en La Mancha sirven para elaborar vino de peor calidad «no sería una gran pérdida», en el Bierzo «vendemos tradición» y «el paisaje está unido a las cepas». La mayor rentabilidad de la uva autóctona podría dejarla al margen, porque «perder viñedos centenarios de mencía sería una cafrada». «¿Y qué hacemos después?» «¿Si arrancamos los viñedos, qué hacemos después?, ¿dejamos un terreno baldío?, ¿nos dejamos invadir por los vinos sudafricanos y australianos?», se pregunta el director comercial de Bodegas Adriá, Javier López Vuelta. Como Rico, Vuelta cree que los mayores problemas los tendrán en La Mancha y Valdepeñas, donde «o se plantan viñedos o no se planta nada», porque «la opción es el desierto», afirma. ¿La solución? Mayor promoción para conseguir «mayor cuña de mercado» y «jugar con los reinjertos». Para Isidro Fernández, gerente de Casar de Burbia, el mercado del vino «es víctima de su propia regulación», y muchos viticultores pueden acogerse a las subvenciones porque cultivar no es rentable. «Igual es mejor que queden cien agricultores a tiempo completo que mil con una segunda actividad y embotellar todo lo que se recoge», aventura, convencido de que el futuro del sector en el Bierzo pasa por elaborar vinos de calidad en empresas familiares «como en Borgoña», y aún cuando arrancar viñedos sea a priori «una burrada». José Luis Prada, de la marca Prada a Tope, también recuerda que el paisaje de viñedos no deja de ser un símbolo de identidad para el Bierzo y resulta atractivo para el turismo, aunque las subvenciones por arrancar cepas beneficien coyunturalmente a un viticultor «al que no se le paga bien el vino». Y remata con una frase lapidaria. «Es una solución para el presente que no tiene futuro». «Perder viñedos centenarios de mencía en el Bierzo sería una auténtica cafrada» MARIO RICO Director de Ventas «¿Pagar para arrancar viñedos?. Una solución para el presente que no tiene futuro» JOSÉ LUIS PRADA Empresario «Está claro que el mercado del vino está siendo víctima de su propia regulación» ISIDRO FERNÁNDEZ Gerente «El mercado debe estar intervenido, pero arrancar viñedos es una salvajada» LUIS HERNÁNDEZ ROMO Gerente