Deslocalizaciones

SABIDO es que las empresas multinacionales son un quebradero de cabeza para Europa, incapaz de regular su actividad industrial en lo relativo a derechos de información y consulta de los trabajadores. Las multinacionales cambian de lugar por la misma razón que la Bardot de marido, porque les va mal o porque les va bien. Aún con pingües beneficios, no dudan en cerrar y trasladar sus factorías de forma sorpresiva, preferentemente en tiempo de vacaciones. Tal hace la Junta, aprovechando el fin de curso para intentar eliminar doce unidades escolares en el Bierzo, en lugares como Toral de Mereyo, Páramo del Sil, Vega de Valcarce y Noceda del Bierzo, entre otros, lloviendo sobre mojado en este último, pues acaba de desaparecer el único equipo federado de fútbol base que quedaba en el municipio, tan cerca y tan lejos de aquellos días en que Noceda tenía, en proporción a sus habitantes, más deportistas federados que la Barcelona Olímpica. La denuncia la acaba de hacer UGT, temiendo que esto pueda ser el inicio de una escalada aprovechando la ausencia de alumnos, profesores y familias de alumnos en lo que califica de «un montaje teatral que pretende difuminar la irresponsabilidad de la Administración educativa de la Junta en el Bierzo, para seguir por el mismo camino en Julio y Agosto», que es cuando el calor aumenta la modorra y la capacidad de respuesta, con la huida colectiva hacia los ríos refrescantes aunque de caudal menguante. Choca esta noticia con el anuncio de la Junta en su último balance sobre el impulso de la agricultura berciana, el aumento de la población y el repunte de la natalidad, cosa que no se produce en el mundo rural y menos en ese Bierzo maltratado donde como sucede de Montearenas para arriba solo han sido restaurados un diez por ciento de los cuatrocientos cielos abiertos existentes, que sería el principio de un hacer algo para frenar la desertización, uno de tantos síntomas evidentes de decadencia y desamparo del mundo rural por mucho que la responsable educativa de la Junta anuncie al día siguiente, de forma igualmente contradictoria, que «para el curso que viene ya no se clausurará ninguna unidad escolar en el mundo rural de Castilla y León». A ver si quieren clausurarlas todas antes de tan señalada fecha y que apague la luz el último que salga. Coincidiendo con ese anuncio nos enteramos de que Ponferrada crece en poderío industrial mientras la oposición denuncia «el estado paleolítico de algunos pueblos del municipio». Tenemos un Bierzo a dos velocidades.