Indignación en la plantilla del Mirador del Cúa por las acusaciones de vejación

Las 17 trabajadoras de la residencia Mirador del Cúa de Cacabelos, que durante una semana acogió a un grupo de ancianos de la residencia El Camino, difundieron ayer una nota para salir al paso de las quejas sobre el supuesto trato vejatorio que habrían recibido trabajadores, residentes y familiares de residentes del centro desalojado por un conato de incendio. Las trabajadoras mostraron su indignación por lo que entienden que son «calumnias» y respaldaron «incondicionalmente» a la dirección del centro en todas sus actuaciones. La plantilla de la residencia Mirador del Cúa afirma que tras acoger a los 22 residentes de El Camino pusieron «todos los medios posibles para poder integrar a esas personas a la vida cotidiana de nuestro centro, suprimiendo nuestras vacaciones y días de descanso de manera voluntaria, por lo que no nos hacemos merecedores de todas estas calumnias». Las trabajadoras afirman que «es incierto que hayamos discriminado ni proferido humillaciones ni vejaciones contra ningún residente, trabajador o familiar» y que «desde el primer día se intentó integrar a los nuevos residentes en la rutina diaria del centro invitándoles a participar en las actividades programadas (baile, misa, rosario), sirviéndoles la comida a todos juntos en los dos turnos ya establecidos (primero asistidos y luego validos), mostrando las distintas salas y dependencias de las que disponemos para que pudieran hacer uso de ellas y que su estancia fuera lo más grata posible». La plantilla insistió en que «en todo momento estuvimos pendientes de cubrir al máximo sus necesidades» y muestran su indignación porque se les acuse de negar a los ancianos «un simple vaso de agua». «Una auxiliar se encarga de que todos los residentes beban», afirman. También niegan que se prohibiera el acceso a las habitaciones o cualquier otra dependencia del centro a residentes realojados, «aunque si es cierto que algunos debían ir acompañados debido a su estado de desorientación». Finalmente, afirma que «también es incierto que se haya acusado a nadie de ladrón ya que hasta el día de hoy, no ha habido ninguna queja» por falta de objetos personales.