Dos meses de misterio en Médulas

Ni una pista por la que tirar del hilo, ni un objeto, ni una huella. Nada de nada. Hoy lunes se cumplen dos meses y nueve días desde que una turista alemana de 63 años, Edda Schneider, desapareciera en las inmediaciones del paraje arqueológico de Las Médulas, muy cerca del lago Sumido y del pueblo de Médulas. La Guardia Civil y las batidas de los vecinos han puesto patas arriba todos los rincones próximos a Las Médulas, pero nadie ha encontraron nada. Incluso en la hipótesis nada probable de que la mujer fuera objeto de volatilización, hubiese quedado algo; pero, en este caso, ni el más mínimo rastro. La turista llegaba a primera hora de la tarde de aquel lunes 29 de mayo en una autocaravana. Iba con su marido, Burkard Schneider. Dejaron el vehículo a la entrada del pueblo de Médulas y recorrieron a pie la población y el camino de tierra que llega hasta el lago Sumido. Aquí, había un pastor con su perro bañándose en el lago, y éste, vecino de la zona, dijo a este diario ver llegar al matrimonio. El marido de Edda asegura que dejó a su esposa sentada en una piedra el tiempo que él utilizó en dar una vuelta al lago y tomar varias fotos de la flora y vista general de las minas de oro. Cuando regresó a la citada piedra, allí ya no había nadie. Desde ese momento, nada más se supo de la turista alemana. El marido, en inglés y en alemán intentaba comunicarse con el pastor, y éste último incluso volvió a meterse en el lago pensando que la mujer podía haber caído en él. Pero, nada. Pasaron las primeras horas, se adentró la noche y fue cuando se dio avisó a la Guardia Civil. Pero, la misma nada se volvió a repetir desde entonces, con uso de helicóptero, buzos y motos. Y hasta hoy. En Médulas y en los alrededores no se explican lo sucedido. Con estas mimbres se desatan todo tipo de especulaciones: Que si a la mujer le hicieron algo y no llegó a Las Médulas, que si fue ella la que decidió dar plantón a su marido y no querer saber más de él. Lo cierto es que a nadie le cuadra que una mujer pueda desaparecer en Las Médulas y con una búsqueda de tantos días, nadie haya encontrado ni un mínimo detalle que arrojase algún tipo de luz sobre este misterioso caso. De esta forma, los lugareños echan mano del pasado y en los bares del lugar se recuerda la desaparición en el pueblo de otra mujer, de la que desde entonces nada más se volvió a saber. En el caso actual, la Guardia Civil, aunque patrulla la zona con menos intensidad, no ha podido arrojar luz sobre la desaparición. Las Médulas es una de las zonas más visitadas del Bierzo y tampoco nadie ha encontrado nada. Ni una llamada En Médulas existe cierto resquemor porque desde que el marido de la alemana y su hijo abandonaron la localidad y la búsqueda, nada más se ha vuelto a saber de ellos. Una mujer del pueblo, que prefiere mantener su anonimato, cuenta que le dieron el número de teléfono para que llamase, pero dice que Burkar no volvió a dar señales de vida y no se ha puesto en contacto con ellos para preguntar por la desaparecida. Le reprochan que, dado que se portaron tan bien con él durante los días de búsqueda, podía haber llamado alguna vez al pueblo.