La Xunta invade la cara berciana de La Lastra y la declara parque natural

Decenas de hectáreas de los montes bercianos de la Sierra de La Lastra se hallan colonizados desde hace semanas por la Xunta de Galicia. La Administración gallega ha salpicado de carteles sotos de castaños particulares y caminos vecinales del término de Sobrado en los que no sólo se identifica el terreno en la lengua de la comunidad vecina, sino que se declara el paraje como «parque natural». La Sierra de La Lastra está catalogada como parque natural en su vertiente gallega. Sin embargo, en su cara leonesa la Junta de Castilla y León no ha llevado hasta ese extremo la protección de sus valores botánicos o faunísticos. La «colonización», según fuentes municipales, afecta particularmente a la pequeña localidad de Cancela, colindante con la orensana de Rubiá, en Valdeorras. Es en esa franja donde los propietarios de castaños y también el Ayuntamiento de Sobrado han constatado como los carteles indicativos del parque natural «Serra da Enciña da Lastra» se adentran hasta dos kilómetros desde el límite oficial de la frontera de Orense con León. Por ahora el número de carteles que se han detectado, que aparecen con el escudo de Galicia, el emblema de la Unión Europea, y que están rubricados por la Consellería de Medio Ambiente e Desenvolvemento Sostible de la Xunta, no excede la media docena. Provocadores o ineptos En opinión del alcalde de Sobrado, el popular Constantino Valle, la iniciativa sólo puede obedecer a dos razones. «O nos están provocando», razonó, «o los técnicos de la Xunta de Galicia que han hecho ésto son unos verdaderos ineptos». Valle, en todo caso, a preguntas de este periódico no supo precisar a qué superficie de hectáreas de la vertiente berciana de la sierra se circunscribe la presencia de la cartelería «anexionista» de la Administración gallega. La singular «invasión» se produce casi en el mismo espacio por el que el municipio de Sobrado, con el apoyo de la Diputación y la Junta, ha pleiteado durante años con el de Rubiá -respaldado por las instituciones gallegas- para fijar los límites interautonómios. Un litigio en el que Sobrado obtuvo la razón de la Audiencia Nacional.