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Las alusiones a la patrona berciana y a las aspiraciones del equipo coparon su discurso

Pichi Lucas hace un canto a la Ponferrada solidaria y espiritual

El pregonero de los festejos y entrenador de la Deportiva planteó una alegoría de goles y religión

Publicado por
M. Félix - ponferrada
Ponferrada

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Ponferrada arrancó ayer ocho días de jarana festiva. Y lo hizo con lo que manda la tradición, con el pregón desde la casa consistorial y la plaza del Ayuntamiento a rebosar. En esta ocasión, la responsabilidad pregonera recayó en un trajeado entrenador de la Deportiva Ponferradina. Pichi Lucas, en una sencilla alocución, se dirigió al respetable haciendo un canto a la espiritualidad y solidaridad de las gentes de Ponferrada y el Bierzo. Todo adobado con el sentimiento futbolero que pesa en el ambiente tras el regusto por el ascenso del equipo de la ciudad a la división de plata del fútbol español. La Virgen de La Encina y los goles planearon sobre todo el discurso de Pichi Lucas. Y, en ocasiones, hasta se confundían unos y otros. «Creo que las cosas (la patrona y el fútbol) tienen y guardan relación unas con otras en la medida en que todas son reales y, por serlo, se miran unas a otras; y en la medida mayor en que, a veces, se producen circunstancias que estrechan esas relaciones», filosofaba ante la concurrencia un animado entrenador. Con la modestia por bandera, Pichi Lucas se preguntó delante de todos, quién era él, -que se ha pasado la vida mirando a un balón redondo y a la escuadra de una portería de tres palos para ver el hueco más ajustado para traspasarla-, para pregonar «la grandeza» de las fiestas de una ciudad como Ponferrada. No se olvidó de citar los blasones de bizarros caballeros templarios, «con el hierro muy bien forjado en sus viejos puentes sobre el Sil». Tampoco de las gentes de la tierra, «cansadas de ver bajar por las agudas de sus ríos, desde las pepitas de oro de antaño, hasta el carbón diluido en agua como parte del oro negro de la era moderna, o el empuje industrioso de sus pequeñas y grandes empresas». «¿Quién soy yo para tanta dignidad y tan elevado compromiso?», se preguntaba el entrenador recordando a los que le antecedieron en esta actividad. Y de nuevo Pichi Lucas volvió a hacer alusión espiritual ensalzando a la patrona y recordando la ofrenda oficiada por el ascenso. «Un rito de especial significado, porque Ponferrada, La Encina y los templarios tienen su historia mezclada, y junta en corrientes de memoria con las aguas del Sil, dan fisonomía, la suya propia, a esta ciudad», abundaba el entrenador. Y, de nuevo, uno de los artífices del ascenso de la Deportiva volvía a mezclar a los santos con los goles. «No es que los santos tengan más que ver con los goles, pero, si nuestro equipo hizo aquel día la ofrenda de sus éxitos a la Patrona del Bierzo, lo fue sencillamente porque sentía y quería ver el principio de la unidad de los sentimientos, de toda la afición ponferradina y berciana», dijo, al tiempo que insistía en el «dinamismo espiritual» y deportivo. «Ruego al pueblo berciano que sean de vida llana y feliz» PICHI LUCAS Entrenador y pregonero de la fiesta