Diario de León
Publicado por
RAQUEL PALACIO VILA
León

Creado:

Actualizado:

UN OSO cruza la carretera y nadie es testigo. Ningún conductor rápido o lento, en coche o motorizado, tuvo que frenar en seco ni lamentar no tener cámara de fotos a su alcance para demostrar que lo vio. Nadie llegó a ninguna casa exaltado, emocionado por el extraño suceso. Sin embargo, sucedió. Alguien encontró una de sus huellas, alguien cualificado de nociones para identificar esa definida pisada en medio del camino. Cuatro dedos con sus cuatro uñas, temible zarpazo. Debió de ser un abrir y cerrar de ojos lo que tardó el decidido animal en atravesar la desarbolada via de duro asfalto. ¿Sería consciente del riesgo?. ¿Habría estudiado la posibilidad de toparse con esos seres de ruedas y motor?. ¿Estudió el terreno antes de lanzarse al otro lado?. ¿Pasó tiempo vigilante tras la maleza? No lo sabremos. Lo que seguro no sabía ni sabe es su calidad de pionero en la hazaña. Ni le importa. Pertenece a ese grupo de seres vivos que no reparan en vanidades ni palabrerío clasificatorio. El único móvil de su vida es la pura supervivencia y los hilos del instinto. No dentro de mucho buscará un lugar seguro para dormir hasta la primavera. La ciudad seguirá hirviendo de rutinas y desórdenes, de planes y derrotas, de mientras y todavías, y entre tanto, no muy lejos, es más, más cerca que nunca, un oso estará durmiendo el sueño más profundo. Sin saber nada de su simbolismo, de la figura que representa para la civilización vecina, nosotros, que lo hemos convertido en dibujos animados y en amoroso muñeco de peluche. En carne de zoológico y espectáculo de circo. Amén del pasado itinerante de algunos de sus antepasados a manos de titiriteros osados, nunca mejor calificado. Ahora han llegado para él los tiempos de protección por parte de humanas autoridades, resultado de la diezma de su población a manos (a armas) de cazadores ufanos por regresar a casa con grande trofeo. El rey del bosque, le llama nuestra jerarquizante manera de llamar a las cosas. El voraz comedor de frutos y miel. Silvestre y pacífico a menos que tenga que defenderse. Famoso fiero que puede ponerse de pie y rugir, abrazar mortalmente a quien ose perturbar su paz. Grande y audaz como un gato si tiene que desplazarse ligero entre roca y matojos. Siempre cercano y tan lejos. Un oso ha cruzado la carretera con éxito y los que sufrimos de soñar con el próspero arreglo y buen fluir de las cosas nos alegramos por él y esperamos que al otro lado halle vida posible y hábitat adecuado. Y suerte si hay reintento.

tracking