Facilidad legal y un marcado egocentrismo, causas claves

A falta de politólogos y sociólogos locales, estudiosos de este asunto como el decano de Sociología en Navarra, Ignacio Sánchez o la prestigiosa politóloga madrileña, Nieves Uriarte, apuntan como principales causas de la disgregación de siglas en los comicios locales a que «resulta relativamente fácil el acceso de un grupo de ciudadanos a realizar los trámites legales para presentar candidaturas municipales». A la relativa permisividad legal, que por otra parte tiene que presidir el acceso de cualquier ciudadano a representar cargos orgánicos en las administraciones locales, también se le añade un componente psicológico y económico. «Las personas que han ocupado cargos se diría que se resisten a abandonarlos, a pensar que su tiempo ha pasado. Quizás por un egocentrismo personal o, en muchos casos, por que son la punta de lanza de un grupo de interés o lobby de la zona que no quiere perder poder», explica Uriarte. La mala fama que atesora la política, según el profesor Sánchez, «es precisamente el ejemplo que dan estas personas muy fáciles de controlar por sus vecinos y conciudadanos, el cambio de vida e incluso de aspecto que sufren muy evidente ante sus semejantes. Agrandándose aún más cuando se trata de la llamada Alta Política, en la que sin embargo, el contacto con la sociedad real es mucho menor, y por lo tanto, actúan menos cohercitivamente».