Fuego cruzado en la Ciudad de la Energía

El día que la entonces candidata del PSOE a la alcaldía de Ponferrada, Charo Velasco, exponía con tanto entusiamo como concreción lo que sería el macroproyecto «Ponferrada. Capital de la Energía» no podía adivinar que estaba convirtiendo a su partido un en rehén político de su precisión. Ni siquiera los 16 millones de euros que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero acaba de anunciar en los Presupuestos del Estado para crear en el Bierzo un centro serio de investigación energética tienen pinta de que vayan a liberar a la iniciativa de su generosa piel preelectoral. El 15 de mayo del 2003 la actual diputada socialista presentó públicamente lo que ella misma calificó como «el proyecto más importante de los últimos cincuenta años desde que Endesa se ubicó en el Bierzo». En ese marco preelectoral -al que ahora se aferra la oposición del PP- Velasco anunció el desarrollo, con el aval de Zapatero, de un polo que cubriría desde la investigación a la formación, pasando por lo que podría bautizarse como el «enerturismo». El proyecto preveía la creación de tres grandes edificios -Arquímedes, Edison y Franklin- en el que se ubicaría un instituto de investigaciones energéticas al servicio de las empresas, un campus internacional de especialidades energéticas, una escuela de formación profesional o un laboratorio para investigaciones, entre otros departamentos. Pero aún antes, el objetivo era levantar el denominado Edificio Einstein, un auditorio, y constituir una fundación para el mecenazgo de la idea. El Ciemat ya existía Cuatro años después, con José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa, aquella promesa se ha visto básicamente exfoliada de sus muchos residuos electoralistas. Entre otras razones, porque realmente lo que se había programado en tono más bien localista para Ponferrada ya existía en España desde los años 50 y se llamaba Ciemat. Así es como en el Bierzo y en León en general, al margen de los círculos científicos, se ha descubierto la existencia del Centro de Investigaciones Energéticas medioambientales y Tecnológicas como una entidad casi popular. Realismo En realidad es para el desarrollo de un nuevo departamento del Ciemat, que se especializará en las tecnologías que permitan una combustión térmica del carbón mucho menos agresiva para el medioambiente, para lo que se va a dedicar la mayoría de los fondos -ya relevantes- aprobados por el Ejecutivo. De la propuesta original también se observa una resonancia clara en la constitución, este mismo año, de la Fundación Ciudad de la Energía. En cambio de la ubicación que aparecía en el boceto del PSOE para la Capital de la Energía -en los terrenos ganados a la montaña de carbón con un gran lago artificial en el centro- sólo quedan dos atisbos cercanos. El edificio de Compostilla I, que el Ayuntamiento de Ponferrada ha cedido al Ciemat para el emplazamiento de su sede central, y la vieja térmica de la MSP, donada por el empresario Victorino Alonso, para acoger el Museo Nacional de la Energía. Millones, turistas y empleos También para esta última intervención existe ya un presupuesto notable. Pero por ahora, lógicamente, dista mucho de plantearse como el imán del millón de estancias (1,1 millones, concretamente) que la ahora diputada Charo Velasco aventuró como factible gracias al atractivo turístico que también podría generar el macrocomplejo. La «estrella» del programa preelectoral para los comicios del 2003 también llevaba colgada una etiqueta de inversión directa de 311 millones de euros. Aunque en ningún caso, como hasta ahora se ha ido logrando deformar, se habló de una generación estríctamente directa de 8.500 empleos -ahora son 26-, sino más bien que en esta cifra se incluirían asimismo los puestos inducidos durante un periodo de ocho años. Del 2004 al 2012. No debería perderse de vista, en último término, que todos los centros que integran el Ciemat en España -en Madrid, Almería y Soria- suman una plantilla de aproximadamente 1.200 trabajadores.