Cerrar

CRÉMER CONTRA CRÉMER

Los perros y los ancianitos

Publicado por
VICTORIANO CRÉMER
León

Creado:

Actualizado:

ES POSIBLE QUE nuestras afirmaciones en relación con la vida animal del hombre y la vida del hombre del perro, les sobresalte un tanto y un cuanto, dado que el hombre, sea dicho sin ofender, es el centro de todas las dichas y desdichas del hombre propiamente dicho y del mastín leonés también propiamente dicho. Los criadores, los amaestradores de mastines, que son motivo principal de la preocupación de alguno de nuestros organismos más solventes, clamen y reclamen una cierta forma federativa. Para el mejor cuidado del perro de pastoreo y del perro-mascota, para lo cual presionan fuertemente cerca de los representantes responsables del vivir de todo bicho viviente, reclamando de la autoridad que corresponde que se le otorgue a León, capital del Viejo Reino, el título de centro depositario del mastín e incluso por algunos apasionados criadores de estos bellos animales, se reclama la creación de Escuelas de pastores. No quisiera que se me entendiera mal si digo, con todo el respeto que se le debe al perro, que a mi corto parecer, parece que es mucho más importante que estos organismos y sus inspiradores, sin abandonar el cuidado del mastín, se preocuparan del niño, de su escolaridad, de la dificultad para hacer frente a la compra de sus menajes escolares y de la disciplina y educación que corresponde infundir entre los escolares para evitar que estos se conviertan en auténticos perros peligrosos. Acabamos de inaugurar el ceremonial de la apertura del curso y ocho mil niños, niñas y demás, se disponen a ocupar los pupitres que tienen allí y a cubrir el compromiso de su capacitación para conseguir ser hombres de provecho para el día de mañana. Y nos parece, me parece a mí, que esa desviación social, económica y educativa hacia los canes que andan por la calle solos o con cadena, no debieran minimizar la atención que el niño debe suscitar entre los mayores. Entre esos mayores, -padres, madres, abuelos y demás mayores- que por otra parte o por la misma están demandando de los poderes (que son los que verdaderamente pueden) la ceración de aulas de Memoria que a través del sistema de terapias sobre el envejecimiento, ayuden a los miles de abuelos como andan desconectados ya de la vida real a reconstruir, al menos, la arquitectura real de un mundo que se les escapa sin dejar en ellos otra huella que el vacío existencial. Esta sí que puede ser y sin duda lo es, la que ampara la Concejalía de Bienestar Social del Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo, sin duda uno de los mecanismos sociales más activos de la provincia de León, con mucho más empeño que el que pudieran atribuirse al futuro del perro, mastín o abandonado. Mucho quiero a mi perro -me dice la señora que me encuentra en la calle, llevando a su compás, a uno de esos chuchos tan graciosos y tan fieles- pero quiero más a mis padres. Seamos generosos con nosotros mismos y procuremos atenernos a los principios evangélicos: «Dejad que los perros se acerquen a mí». Sí, pero sin olvidar al hombre, a la mujer, al niño y al inmigrante, que también es de Dios. Hoja de ruta del lector. Para enmendar los posibles errores que en la apresurada función de cada día pudiera producirse, proponemos las siguientes correcciones: «la figura de aquel preclaro y valeroso capitán de los Tercios de España (en la que se ponía el sol)» debe leerse precisamente lo contrario: en donde NO se ponía el sol. «... Para el mejor reconocimiento de León que si siquiera se les concedió el honor de declarárseles huéspedes ilustres de la Ciudad» cuando debe leerse que NI siquiera se les concedió el honor...».

Cargando contenidos...