Diario de León
Publicado por
JOSÉ A. ÁLVAREZ FIERRO
León

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EL 26 de mayo de 2003, día de resaca electoral -para unos más que para otro-, se iniciaba un nuevo mandato de cuatro años para nuestros políticos, luego de una campaña que, lejos de terminar, no ha cesado a lo largo, ancho y alto de estos tres años y medio de ejercicio -también para unos más que para otros-. Y es que ya lo van diciendo por ahí: «Estamos en campaña permanente». Pues que quieren que les diga, que menos campaña y más gestión -y la «permanente», si acaso, se la hacía yo a alguno/a. ¿No se han dado cuenta de que llevamos ya cerca de 30 años de democracia? Bien es cierto que todavía joven, pero no menos lo es que ya no estamos en los 80 ni en los 90, y a los ciudadanos ya no se nos engaña tan fácilmente con la retórica, la demagogia y la mercadotecnia. Ya no vale eso de «qué bien habla» o «parece buena gente». Imagen, la justa y necesaria, porque los ciudadanos y ciudadanas lo que evaluaremos en mayo de 2007 será su gestión. Y eso es algo que nos está proporcionando nuestro creciente grado de madurez democrática de cara a los procesos electorales. Les haremos ver que no por salir más veces en los medios de comunicación nos van a caer mejor; les haremos ver que lo que realmente nos importa no son sus trifulcas dentro de sus respectivos partidos, a las que, por cierto y dicho sea de paso, dedican un tiempo excesivo, pareciendo olvidarse de lo que verdaderamente debe ser la motivación de un cargo público: el pueblo, con la solución de sus problemas y la mejora de sus condiciones de vida. En fin, les haremos ver, señores y señoras de la política y de nuestros gobiernos municipales y autonómicos, que, a parte de la buena imagen, la obsesión mediática, los camelos, las gracias de unos y las des-gracias de otros, sus convecinos y convecinas les premiaremos o castigaremos por sus obras más que por sus palabras; insisto, por su gestión. Ah, y por cierto, que los deberes, en buena parte, tendrían a estas alturas que estar hechos, porque es curioso poder ver como, cuando se está a punto de encarar el sprint final, hay gobernantes y «opositores» que se han pasado el mandato en la más absoluta hibernación, y ahora, de repente, les entra el apetito y salen de la cueva con el maletín de la solución para todo o la denuncia por sistema bajo el brazo. Que no, que lo de vender motos, a pesar del momento de éxito deportivo por el que atraviesa el sector en nuestro país, cada vez menos. Y ya lo dice un eslogan comercial: Yo, no soy tonto (incluso en elecciones).

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