Corcobado
SE ME hace interesante y digno de reseña que alguien, en la Universidad de León, tenga la idea de traer a Corcobado para dar un concierto en el Campus de Vegazana, aunque no sea la primera vez que este poeta y músico viene a León. Recuerdo un concierto suyo, que organizara el Servicio de Actividades Culturales de la Universidad, en el Albéitar. Gracias al gran Pepe Tabernero los leoneses tenemos la oportunidad de disfrutar de extraordinarios espectáculos teatrales, musicales¿ aunque uno viva en Ponferrada y no pueda estar en todo aquello que desearía. Bueno, en Ponferrada tenemos el Bergidum, el teatro sagrado y enérgico de la cultura berciana. En aquella ocasión, Corcobado presentaba su disco «Fotografiando al corazón». Luego del concierto estuve charlando con él, y le pregunté por Moreno-Ruiz, otro músico, escritor, periodista y editor, que en tiempos presentara un programa de radio, «Rosa de Sanatorio», en Radio 3, y al que tuve el gusto de conocer en Madrid en la década de los 90. En realidad, fue Moreno-Ruiz quien me habló de un tal Corcobado como uno de los mejores músicos en esta España de pandereta y olé, ahora de operación triunfo y mamoneo «televisual» y «telegénico». También fue Moreno Ruiz quien le animó a escribir. Y a partir de ahí surgió su primer libro, «Chatarra de sangre y cielo», al que le siguió «El sudor de la pistola 13», cuya inspiración está en el peyote y mezcal mejicanos. «Y yo, destrozado en mezcal, dejo que su querer me construya, porque largos viajes en tren son/sus ojos/y sus caderas mi vértigo». A él que tanto le apasionan Méjico y Brasil. Luego Moreno-Ruiz, en su faceta musical, contó con su colaboración en un disco llamado «En la enfermería del postre». Corcobado, además de ser un poeta «maldito», ha tocado con los grupos más experimentales de la música española, entre otros Manta Ray. Comenzó su andadura musical en solitario, y a partir de los 90 continuó con «los Chatarreros de sangre y cielo». Como quiera que este músico no forma parte de la estética kitsch y mierdera de los capullos hechos a prisa, con postín artificial y otros devotos de lo cretino y lo ñoño, es poco conocido entre la muchedumbre. Ahora ha venido a presentar su último disco, «Editor de sueños», y eso me ha hecho recordar que en la Escuela de Cine hay un alumno, Daniel López, cuyas letras musicales me recuerdan a Corcobado.