África con los ojos de Chicampo Juegos para niños de todos los colores

Las Jornadas de Solidaridad y Cooperación Internacional, que se celebran en la capital berciana hasta mañana, se centran en esta edición en la situación de la vecina África, un mundo tan cercano pero a la vez tan desconocido y a veces ignorado. Por ello, este encuentro ha puesto en marcha en su carpa, situada en la plaza Fernando Miranda, una zona de juegos multicultural, llamada Ludoteca del Mundo, dirigida a los más pequeños, por quienes debe empezar la sensibilización y el entendimiento de la difícil situación en la que vive el continente africano, marcado por las guerras, el hambre y la privación de los derechos humanos. En este espacio los niños comparten los juegos cooperativos en los que los protagonistas son otros niños de todas las razas del planeta, con los juegos típicos de la tradición africana y que pretenden acercar un poco a su cultura y a sus formas de entretenimiento. De este modo, los más pequeños juegan y aprenden otras formas de divertirse a través del kalaha, una variante del grupo de juegos de origen africano conocidos como mancala, el kudoda o el llamado hienas cazadoras. Son muchos los padres que han acercado a sus pequeños, aprovechando los días festivos del puente, a esta ludoteca, donde mientras pintan o juegan, aprenden a respetar las diferencias raciales y culturales, al tiempo que se fomenta la solidaridad. «Es importante que aprendan como juegan y se divierten otros niños, que tienen menos recursos y sus juguetes son más sencillos y rudimentarios, pero que sirven para lo mismo, para entretenerse», afirmó uno de los padres, quien alabó la iniciativa como una forma de educar a los niños en la tolerancia, «algo muy necesario ya que en el momento que vivimos en la actualidad, con la inmigración, nuestros hijos tiene que saber convivir y ser respetuosos con las culturas diferentes». Además de los juegos, los pequeños pudieron disfrutar ayer de un teatro de marionetas, «El teatro de la selva», cuyos protagonistas son Kembi e Isidro, un niños blanco y otro negro que se encuentran en la selva y que insiste también en la convivencia. Una iniciativa en la que «Los ojos de África» quieren ver a través de la mirada de los niños, en los que está la esperanza de lograr un futuro mejor para este continente. En estas jornadas participó el preso de conciencia Weja Chicampo, que fue liberado en junio gracias a Amnistía Internacional, tras dos años de torturas y encarcelado en Guinea Ecuatorial. Para él, «los programas de desarrollo no sirven sin respeto a los derechos humanos».