Noceda revive con una gran fiesta la tradicional matanza del cerdo

Noceda revivió ayer una de las principales tradiciones del fin de año, la matanza del cerdo, una actividad organizada por la Asociación Cultural Las Rapinas, que inició la jornada repitiendo los pasos como se hacían hace décadas. «Nos hemos levantado temprano, hemos tomado la parva con orujo y demás, hemos desayunado como se hacía tradicionalmente en las matanzas, el bacalao con pimientos, empanada y vino bastante», explicó el presidente de la asociación, José Antonio González. Para el desarrollo de esta nueva actividad festiva se aprovechó el día de matanza particular que realizaba uno de los socios de Las Rapinas, en la que se sacrificaron dos ejemplares y, para conseguir una buena escenografía, se recomendaba a los asistentes ir con ropajes antiguos como pañuelos y boinas, además las inconfundibles madreñas como calzado típico. Lejos de centrarse en el sacrificio de los animales, «algo inevitable cuando se quiere comer», afirmó González, la intención de la actividad es «la reunión vecinal y de colaboración que siempre ha rodeado el día de la matanza». Tras observarse los diferentes pasos de la matanza, que incluía en lavado y preparación de la tripa para los embutidos, la jornada se cerró con una gran parrillada. Fueron casi 100 kilos de carne a la brasa, cuya parrilla la lluvia obligó a cobijar la parrilla en el atrio de la Ermita del Carmen, donde se repartió panceta, chuletas y chorizos. La música de pandereta y algunas canciones tradicionales completaron las actividades de una jornada que, según aseguraba José Antonio González, «repetiremos otro año».