La excavación de la torre del Moclín saca a la luz una muralla desconocida

El desescombro de la planta más baja de la torre del Moclín ha sacado al descubierto en el castillo de Ponferrada una muralla del siglo XIII, de origen templario. Se trata de un fortín bien conservado, construida casi en ángulo recto en la parte noroeste de la fortaleza, y que tiene casi cuatro metros de altura. El arquitecto director de las obras de restauración del castillo, Fernando Cobos, aseguró ayer que en principio se creía que iba a salir una sala más hacia abajo, dentro de la torre del Moclín, pero se toparon con la citada muralla en el centro, lo que creó una «agradable sorpresa». Esta muralla se restaurará y se hará visitable. «Se trata de un alzado muy potente de toda la muralla templaria y es muy interesante; casi todo lo que aparece en el castillo está más o menos previsto, y una cosa es que preves que pueda estar, y otra cosa es que luego excavas y está o no está», explicaba el técnico. La torre del Moclín se va a utilizar para explicar a los turistas la evolución de todo el edificio, emblema de la ciudad. «Las cosas que aparecen son riqueza para el edificio, -expresa Cobos-, puesto que si no hubiera aparecido esta muralla habría que decirle a la gente que, por aquí pasaba. Esto no genera problemas, al revés, añade contenidos». El mismo arquitecto detalla que en el lugar donde se sacó ahora al descubierto la muralla templaria no existía la actual torre del Moclín. Sólo era una de las esquinas del castillo. La torre se hizo cerrando por fuera esa esquina, y luego se construyó el cierre de la torre por dentro. Lo de fuera es de la época del Conde Lemos y lo de dentro de la torre es de otro siglo. «Es como si encerraran la muralla por los dos lados», destaca Fernando Cobos. La restauración de la torre del Moclín tiene como objeto fundamental la recepción de los visitantes. Desde ella, además de explicar la evolución del castillo, se puede ofrecer una explicación didáctica de todo el conjunto. Y seo, porque se ve el río Sil, se ve lo que era el castillo viejo, la zona palacial. También se pueden ver a sus pies las cabañas prehistóricas descubiertas, fechadas 500 años antes de Cristo. «Dentro de lo que es buenísimo para explicar la evolución del castillo nos viene muy bien que además esté también esta muralla templaria, que era lo que no teníamos hasta ahora», resume el arquitecto director de la obra. «Esperábamos otra sala y apareció la muralla» FERNANDO COBOS Arquitecto director del castillo