La carretera sigue cortada y los técnicos revisaban ayer la zona
La Junta busca soluciones contra los socavones del vial a Fresnedo
Fomento reconoce que las medidas convencionales no frenan los deslizamientos Carballo propone acortar dos kilómetros en Valdeg
Ni los muros de contención, ni las mallas. Las medidas convencionales aplicadas para evitar los deslizamientos del terreno en la carretera LE-715 en Fabero y Fresnedo -inaugurada hace sólo cinco años y cortada al tráfico desde el pasado fin de semana debido a la aparición de un socavón- no ha surtido efecto, según reconoció ayer la jefa del Servicio Territorial de Fomento, Ana Suárez. «Nos hemos encontrado con un terreno que se desliza con mucha facilidad y todas las soluciones convencionales que se utilizan en otras puntos de la geografía de la provincia no nos han servido», admitía Suárez en declaraciones recogidas por Onda Bierzo. Los técnicos de la Junta y de la empresa que ha realizado las últimas obras de emergencia en el vial, que ayer revisaban la zona hundida, buscarán por tanto soluciones novedosas para reabrir al tráfico el vial. Algo para lo que la Junta no se ha marcado plazos, en vista de los reiterados movimientos de terreno que ha sufrido la carretera provocando grietas y un socavón de 30 metros. El hundimiento de la calzada ha levantado ampollas en los municipios de Fabero y Vega de Espinareda. El regidor faberense, Demetrio Alfonso Canedo, acusaba el pasado fin de semana a la Junta de despreocuparse de una carretera que estuvo «plagada de irregularidades técnicas» cuando se construyó, y puso como ejemplo el hecho de que ningún responsable de la administración autonómico acudió a inaugurarla en su día.