Mucha felicitacion, poco jamón Existe un Código del Buen Gobierno aplicado a nivel estatal Regalos navideños, entre la leyenda y la realidad

La Navidad ha llegado de verdad, y no sólo en los hipermercados y en la televisión. Las administraciones públicas de la comarca del Bierzo, al igual que el resto de la sociedad, sólo que gastando dinero de los contribuyentes, también se suma a la fiebre de consumo de estas fiestas. 13.000 euros En total, y redondeando cifras, se puede afirmar que las instituciones invierten o dilapidan, según la versión que se quiera dar, 12.658 euros durante estas semanas. La cifra resultante proviene de lo confirmado por los gabinetes de prensa oficiales y de fuentes de la propia contabilidad interna funcionarial de la Junta de Castilla y León, Diputación de León, Consejo Comarcal del Bierzo y Ayuntamiento de Ponferrada. Principalmente la inversión de estas cifras se destina a las felicitaciones de tarjetas navideñas por cuestiones de protocolo institucional, las tradicionales celebraciones con los funcionarios y algún que otro regalo en especie. A decir verdad, mucho más austeros que otros organismos de mayor rango en el Estado. Agendas o productos de la tierra son las fórmulas más socorridas del llamado aguinaldo de los cargos públicos y funcionarios, que no todos. La Junta La administración que más gasta o dispara con «pólvora del rey» es la Junta de Castilla y León. En parte es lógico, al tratarse de la entidad con más presupuesto y con mayor número de funcionarios. En cuanto a las tarjetas navideñas, existe una propia imprenta en Valladolid que produce a gran escala tarjetas, sobres y toda la papelería como tarjetas de visita y demás para los cargos de la Administración Regional. Por ello, el presupuesto es difícil de rastrear, aunque a tenor del volumen de cartas tramitadas por altos cargos y jefes de servicios se afirma que «unas 200.000 pesetas de antes, osea, 1.200 euros, podrían costar al presupuesto regional». Desde León se confirma que el edificio en Ponferrada recibe como en León toda la papelería desde Valladolid, por lo que al presupuesto específico propio no le afecta en demasía. Aunque el gasto, obviamente, existe. Además de varios adornos y algún paquete de mensajería, lo cierto que el grueso del gasto de la Junta proviene de la comida con los funcionarios regionales, que oficialmente lo cifran en 1.803 euros. Un acto al que acuden tanto los de León, como los del Bierzo. La Diputación de León, con edificio y Vicepresidencia para El Bierzo, es la segunda entidad que más consume en Navidad. La propia vicepresidenta, Fátima López, aclara que «el encargo de 200 tarjetas de felicitación han costado 200 euros». A esto se le añade la cena de Navidad con los funcionarios bercianos que «es a escote por cada persona que acude» y un vino español en León . Si bien de los presupuestos provinciales se toma parte por la asistencia de cargos y algún funcionario del Bierzo. Contabilizando esta última partida y los regalos que se dan como una botella de vino, productos del Bierzo, un CD del Instituto Leonés de Cultura... que también se obtienen de la Promoción de Alimentos de León y no reportan gastos directos al Bierzo. En total se estima el gasto en 3.200 euros. El tercer puesto de este particular ránking es el Ayuntamiento de Ponferrada, con 300 postales a 300 euros, generalmente con temas bercianos (este año es una reproducción de un cuadro del Castillo) y un vino o cena de Navidad para los funcionarios, en total 250, por un importe de 2.500 euros, esto es, que a las arcas locales el protocolo navideño le sale por 3.000 euros contabilizado de forma global todo. Consejo a la cola Quizás por su escaso presupuesto y tamaño, la principal institución de la comarca, el Consejo del Bierzo, es el que al final dedica menos dinero a estas fiestas. En total,2.155 euros. Para el presente año se han adquirido 150 tarjetas a Unicef por 150 euros, 200 a Asprona Bierzo por 325 euros y 150 felicitaciones a Alfaen por un importe de 180 euros, es decir, 655 euros en tarjetas que utilizan la Consejería de Bienstar Social, Patronato de Turismo y Presidencia. El resto proviene de gastos de adorno, mensajería, correo y extras varios. La cena de sus trabajadores es también aquí «a escote de los que quieran asistir». En general, se podría decir que la austeridad es el signo dominante de las instituciones públicas bercianas. Otra cosa son las pagas extraordinarias, «bufandas» o retribuciones por trabajos extras que varían según cada administración. Desde enero de 2005 el Ejecutivo nacional, a través de un acuerdo del Consejo de Ministros de diciembre de 2004, aprobó el denominado Código del Buen Gobierno. Éste no es otra que una serie de medidas tendentes a corregir excesos en los altos cargos y que pretende se vaya aplicando en todas las administraciones. La normativa exige «austeridad en los altos cargos evitando toda manifestación externa inapropiada u ostentosa que pueda menoscabar la dignidad con que ha de ejercerse el cargo público». Se prohibe aceptar regalos expresando que «se rechazará cualquier regalo, favor, préstamos, servicio u otra prestación en condiciones ventajosas que, más allá de los usos habituales, sociales y de cortesía, puedan condicionar el desempeño de sus funciones». Si las dávidas se salen de lo habitual «deberá comunicarse en el registro pertinente», para distinguir lo privado de lo público. Existe entre la ciudadanía la creencia que desde las instituciones se aprovechan las fiestas navideñas para autoregalarse entre la clase política presentes que, si se tuviesen que adquirir en la vida privada, no se consumirían. O al menos con tanta alegría y ligereza en el gasto. Lo cierto es que en las entidades locales menores y las provinciales esto es incierto. No así en las regionales y nacionales. Toda persona que tenga contacto con estos niveles, bien como simple trabajador, empresario, como informador o como alto cargo, sabe de anécdotas que demuestran que la realidad supera en muchas veces la ficción. Por ejemplo, cierto director de periódico nacional tenía hasta hace poco por norma enviar jamones ibéricos a todos los altos cargos madrileños; las cámaras digitales y las agendas PDA son regalos de moda entre la clase política. O el famoso reloj de oro que un constructor regional regaló un año...