Cinco horas para gastar 3.000 euros

Rodeada de periodistas, escoltada por dos azafatas vestidas de negro y por el gerente del centro comercial abierto La Cebra, Cristina Bernedo García, ponferradina de 21 años de edad, tenía que resolver ayer un pequeño problema que ya quisiera para sí cualquier otro consumidor: gastarse 3.000 euros antes de que las 207 tiendas asociadas en Ponferrada cerraran sus puertas a las 20.30 horas, y visitando al menos una docena de establecimientos. Y es que Cristina, premiada con el cheque de la promoción navideña de la nueva asociación comercial que ha impulsado el Ayuntamiento, no podía dejar más de 250 euros en cada local comercial que visitara, y si adquiría un producto de mayor importe, debía poner de su bolsillo la diferencia. Lo que no le diera tiempo a gastar en cinco horas, iría a parar a la asociación benéfica Banco de Alimentos del Sil. El cupón de Cristina era uno de los 16.000 (el doble de lo previsto) que han participado en la promoción y que, a falta de datos concretos, han incrementado sensiblemente las ventas de los comercios asociados en La Cebra este año, según el gerente, Jorge Vargas. Ése era el trato y la joven, a quien nunca habían acompañado tantos desconocidos en una maratoniana jornada de compras, se aplicó a ello para llenar a su familia de regalos en el día de Reyes. Calzada con unos poco apropiados para lo que se le venía encima, pero elegantes zapatos dorados de tacón, Cristina empezó la mañana en una joyería para comprarle una cadena de oro a su abuela en cuanto recibió el cheque a mediodía de manos del presidente del Círculo Empresarial Leonés al que pertenece La Cebra, Abel Ángel Macías, y del propio alcalde, Carlos López Riesco, que quiso estar presente en la entrega del dinero junto con la concejala de Comercio, Teresa Magaz. Estrés y nervios Saber que había sido la agraciada en el sorteo le produjo un poco de inquietud después de la alegría y no dudó en hacerse un plano con los establecimientos que tendría que visitar para comprar todos los regalos que se había propuesto. «Estaba muy estresada y muy nerviosa, pero algo dejaré para la ong», reconocía a punto de iniciar el recorrido por el centro. En la pequeña joyería Suiza, la primera tienda que visitó en la avenida de La Puebla y que se quedó pequeña para acoger a toda la procesión mediática, Cristina puso 14 euros de su cartera porque la cadena superaba el límite. Una tienda de electrodomésticos, una óptica y establecimientos de ropa y tiendas de deportes como Ferrari 40, donde adquirió su cupón para participar en el sorteo y adquirió un traje de nieve, fueron otros establecimientos que visitó. Al final del día, la prueba estaba conseguida y Cristina conseguía gastar 2.900 euros del cheque. El Banco de Alimentos recibía los cien euros sobrantes.