La reforma del castillo alcanza al 90% de su estructura y el 50% del acabado El Palacio será visitable tras más de 40 años Debe convertirse en el motor e icono patrimonial

La rehabilitación del castillo templario de Ponferrada alcanza ya al 90 por ciento de su estructura y a más del 50 por ciento del acabado. La fortaleza, que el próximo lunes cerrará temporalmente sus puertas para posibilitar la excavación del foso del contrapeso del puente levadizo con el fin de colocar en su posición el puente original. Los trabajos, que se acometerán en la entrada principal, se unen a los que se están desarrollando en el resto de las dependencias y que según el director de las obras, Fernando Cobos, permitirán devolver a esta edificación todo su esplendor. Precisamente estos trabajos en la zona del foso cuyo inicio está previsto para la próxima semana se desarrollarán paralelamente a los que afectan a la zona del castillo viejo consistentes en la consolidación de las zapatas, inyección y refuerzo de muros. Todos estos trabajos tienen como plazo de ejecución hasta la primavera, fecha en la que la fortaleza debe lucir todos trabajos de rehabilitación que según el responsable de la obra han respetado la configuración primigénea del castillo, «recuperando las vigas donde estaban las originales, las inclinaciones de los tejados, las galerías o las escaleras», precisó Cobos que ayer revisó la marcha de los trabajos junto al alcalde de Ponferrada, Carlos López Riesco, desde el Salón de Actos al espacio que albergará la futura biblioteca templaria y la zona del cubo nuevo. Todas estas actuaciones, que según Riesco devolverán a la fortificación todo su vigor, abarcan unos 3.500 metros cuadrados de superficie y en algunos casos permitirán acceder a estancias que durante más de 40 años se convirtieron en inaccesibles por su estado de conservación y la acumulación de piedras, caso del Palacio. La puesta en su verdadero valor del castillo templario de Ponferrada no supondrá, según el arquitecto Fernando Cobos, un cambio en su estructura ya que todos los trabajos tienen como objetivo mantener tanto los volúmenes como la configuración de las estancias según fueron diseñadas hace siglos. «Nosotros nos limitamos a recuperar la fortaleza y a dotarla del significado que debe tener», precisó Fenando Cobos. La fortaleza, que a lo largo de los últimos años ha sido visitada por miles de personas, cerrará precisamente sus puertas el próximo lunes durante varios meses para acometer los consiguientes trabajos en su entrada, cuyo plazo de ejecución será bastante rápido. Amplio espacio Las diferentes estancias del castillo reflejan una dimensión notable, significado de su importancia en el momento en el que fueron concebidas. Por eso los trabajos que se están desarrollando en todas ellas incluyen un estudio pormenorizado de cómo fueron y como deben seguir siendo en un futuro. A similitud de los originales La cubrición de las diferentes estancias de la fortaleza tempLlaria se guía por una premisa, la similitud a como fue diseñada originalmente. El director de las obras, Fernando Cobos, recalcó ayer que los volúmenes y distribución serán idénticos a los de hace siglos. Eso sí, recuperados de su deterioro. Un trabajo casi terminado La recuperación de las diferentes torres del castillo discurre por buen camino. Un ejemplo es la denominada de Moclin, ubicada en la zona principal, cuyo estado actual es casi el deseado. Los andamios, con la obra casi ultimada, serán retirados en breve justo antes de acometer la adecuación del interior. Una de las novedades que lucirá el castillo templario una vez concluya su restauración será la posibilidad de realizar visitas a la zona palacial. Después de más de 40 años sin que nadie pudiera acceder a su interior debido a su estado y a las piedras y maleza que lo impedían, los trabajos acometidos en dicha dependencia harán factible que los visitantes puedan ampliar su conocimiento de la fortaleza a través de estancias que hasta el momento no se contemplaban en la ruta. El Palacio será una de ellas aunque se espera que otras más se conviertan también en uno de los referentes del castillo a corto y medio plazo. El alcalde de Ponferrada, Carlos López Riesco calificó de imprescindible y necesaria esta actuación en la fortaleza ponferradina, a la que calificó como el icono patrimonial y cultural. La restauración supondrá para el regidor la puesta en valor de una joya que significará un «antes y un después para la ciudad». «La recuperación del castillo, de la basílica, la iglesia de San Andrés y el casco antiguo supone una obra sin parangón en la ciudad que demuestra nuestro interés y apuesta por el patrimonio histórico de la ciudad de este Ayuntamiento». «La restauración ha respetado el diseño de la fortaleza y eso se notará una vez concluya» FERNANDO COBOS Director de la restauración