El grupo de gobierno resaltó la plena participación de la ciudadanía; la oposición, el oscurantismo
El PP ratifica como homogéneo y distributivo su plan de urbanismo «Es llamativo que el planteamiento del PSOE coincida con un constructor»
Destacan nuevos viales, 34.000 viviendas y siete casas por cada dos hectáreas en rústico
El nuevo plan de urbanismo de Ponferrada recibió ayer en sesión plenaria el último viso de oficialidad municipal, para que pueda entrar en activo, desde que comenzó el proceso de su elaboración, hace ahora dos años. Los 15 votos a favor del PP y los 10 en contra de la oposición socialista ratificaron un PGOU que ha recibido más de dos mil alegaciones y de las que finalmente fueron admitidas más de la mitad. Como si de un calco de aprobaciones provisionales anteriores se tratase, el pleno de ayer incidió en los mismos términos de defensa y ataque política. Básicamente, este plan de urbanismo contempla la creación de nuevas rondas para crear la gran vía de circunvalación de la ciudad, y con interconexiones viarias para comunicar todos los barrios de Ponferrada y sus pueblos. Destacan las 34.000 viviendas que se podrán construir y la posibilidad de que, en suelo rústico común se puedan levantar una vivienda en una finca de 1.600 metros cuadrados, o siete viviendas por cada dos hectáreas. El concejal de Urbanismo del PP fue el que llevó en esta ocasión el peso del debate del equipo de gobierno. Juan Elicio Fierro resumió el plan de urbanismo que capitanea el alcalde Riesco como el más homogéneo, distributivo y participativo posible. Las cuñas de sueño rústico que penetraban en el urbano, desaparecen, y la nueva normativa busca esa homogeneidad de la edificación. Se vertebra el tráfico con las rondas que unen el Sur con la zona Oeste de la ciudad, con Montearenas. Con la ronda Este se comunica Flores del Sil con el Oeste, con La Placa, Cuatrovientos y Columbrianos. Se atiende a la singularidad del Camino de Santiago, se crea un anillo verde desde el fondo de La Rosaleda para unir los márgenes del Sil, Flores y Puente Boeza. Se sientan, según Fierro, las bases de desarrollo futuro con el parque tecnológico, el centro logístico y el parque de la juventud, en la retirada montaña de carbón, donde en el 10% del terreno van 800 viviendas. Niegan desde el PP que se haya reducido las zonas verdes y de equipamiento con relación al número de viviendas permitidas, y se citó que se triplica esa relación de zonas verdes por habitante en base a los parámetros que marca la ley, y se permite edificar allí donde existe demanda de expansión. La bronca política volvió a repetirse. El concejal de Urbanismo quiso sacarle los colores al portavoz de la oposición, al socialista Ricardo González Saavedra al espetarle lo siguiente: «Sus planteamientos coinciden exactamente con los de un importante constructor de esta ciudad, cuyo nombre voy a omitir porque todos lo conocemos; y eso es muy llamativo». Fierro vino a decir que ya están un tanto hartos de escuchar de los socialistas que este plan urbanístico es especulador y beneficia a unos pocos. Dijo que para hacer obras, o se suben los impuestos a los ciudadanos, se piden créditos, o se gestionan ingresos por la urbanización y venta de solares como en La Rosaleda. «Esto es un aprovechamiento para el Ayuntamiento y revierte en el ciudadano, y si le llaman especulación, es especular para el bien general», recalcó Fierro. Lo mismo pasa con las viviendas que se podrán construir en el 10% de la superficie que dejó la montaña de carbón. En cuanto a las sentencias del TSJ contra el diseño urbano de La Rosaleda, Fierro acusó a Saavedra de confundir la ilegalidad aplicada a la realidad del PGOU. «Este PGOU no tiene sentencia alguna», dijo, al tiempo que recordó que el proceso está abierto. Además, Fierro señaló que aprobar el plan supuso un ejercicio de responsabilidad, «aún a riesgo de que sea un muñeco que se agite» contra el PP. Podrían haber evitado críticas si no lo tocan.