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Propone crear asambleas en cada barrio para introducir los presupuestos participativos

IU quiere que los ciudadanos decidan el uso del 40% de la inversión en Ponferrada La coalición pide a la Junta hospitales y a Zapatero que cumpla con la Ciuden

Fernández: «Nos anima que sea una transgresión a la forma actual de hacer política»

Miguel Ángel Fernández y Pablo Paño en un momento de su exposición a los aistentes a la conferencia

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Carlos Fidalgo - ponferrada
Ponferrada

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No es una utopía. La coalición Izquierda Unida-Los Verdes se ha propuesto que los ciudadanos de Ponferrada decidan el uso del 40 por ciento de las inversiones municipales tomando como ejemplo la aplicación del llamado presupuesto participativo en una treintena de lugares en España, entre ellos grandes poblaciones como Sevilla, Córdoba, San Sebastián o Getafe, durante los últimos seis años. No es una utopía, pero si una «transgresión». Así lo reconocía ayer el coordinador provincial de IU y candidato a la Alcaldía de Ponferrada, Miguel Ángel Fernández, después de que la coalición diera a conocer la filosofía del presupuesto participativo en un acto público celebrado en la Casa de la Cultura. «Nos preocupa y a la vez nos anima a desarrollarlo, saber que el presupuesto participativo es una transgresión a la forma actual de hacer política. Queremos que los ciudadanos planifiquen», manifestó, acompañado por el coordinador autonómico y candidato de IU-Los Verdes a la presidencia de la Junta de Castilla y León, José María González, y del doctor en Antropología Social y técnico del Ayuntamiento jienense de Torreperogil, donde se está ensayando la nueva forma de gestionar las inversiones públicas, Pablo Paño Yáñez. La idea de IU-Los Verdes es crear asambleas en cada barrio de la ciudad para que los ciudadanos trasladen las propuestas de inversiones a sus representantes municipales. La solidaridad entre barrios quedaría garantizada, según Paño, porque no todo el presupuesto estaría abierto a la participación ciudadana par evitar que una mayoría impusiera sus criterios por encima de necesidades apremiantes. Los políticos, por tanto, seguirían interviniendo para corregir desequilibrios, aunque el papel de los ciudadanos sería mucho más activo. «Los ciudadanos se sienten ciudadanos», afirmó González, que espera que dentro de diez años, lo que hoy es «una bandera de la izquierda».

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