Diario de León

| Reportaje | En Madrid y alrededor del rey de la gastronomía |

Un botillo como marca de identidad Once reconocimientos merecidos De todo ámbito y condición Riesco: «El Bierzo se ha ganado por méritos el respeto de todos»

La Casa de León homenajeó ayer a once empresas y personalidades por su bercianismo entre las que se encontraban Las Edades, Roldán, Onda Bierzo, Ordás, Cobo y LM Glasfiber

La velada reunió a cientos de comensales en el hotel Wellington

La velada reunió a cientos de comensales en el hotel Wellington

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Pacho Rodríguez - madrid
León

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Hay que botillear», dijo un presumido de los setenta, pero años, Luis del Olmo, mantenedor, de lujo máximo, del Botillo leonés que celebra la Casa de León desde hace décadas. Enrique López, vocal del Consejo General del Poder Judicial, ejercía, como siempre, de leonés, y se encantaba de lo que pasa una vez al año cuando se reúne tanto de lo mismo en Madrid, y más si es en representación de la cultura, literatura, las humanidades y lo que hace que esta provincia sea un lugar donde mirar. Pero la cosa era de altura, física, emocional y profesional, era Luis del Olmo, que, se puede decir, es el más importante sin que el otro más importante se ofenda. Entre Del Olmos y Gabilondos, Kapuscinkys del periodismo que se devora, la Casa de León se detenía en la prensa, con políticos, como Baudilio Tomé, uno de los que sabe aparcar su condición militante para ejercer como ciudadano. Antonio Pereira fue de los que se subió al Wellington hotel, un lugar en el que una caña cuesta 5'60 euros, para degustar ese botillo que es caja de pandora de los sentidos para todo aquel que se presta a atreverse a abrirle la tripa del corazón gastronómico del Bierzo. Abierta la chistera de la comida total, Antonio Pereira fue de los que se lo comió todo entre el todo León del Noroeste, en una tarde en la que Rafael Álvarez, presidente de la Casa de León, junto al flamante leonés del año, Cándido Alonso, ejercieron de anfitriones para que todo fuera una fiesta cazurra y berciana en la que Luis del Olmo se inventó un botillo imaginario de los que daría mucho que hablar. Del Olmo dijo: «Que tenemos que comer muchos botillos, compañero del alma, compañero», que hubiera firmado Miguel Hernández. Pero el mejor periodista leonés de todos los tiempos hizo el juego de qué hubiera pensado Bécquer, Fray Luis de León, Lorca, Espronceda o Machado a la hora de enjugar un botillo. Fue su particular forma de demostrar que detrás de este producto se resume una forma de ver la vida. De hecho, Del Olmo alentó a los leoneses a hacer del Bierzo y el botillo un motivo de consigna de promoción de la tierra de aquí. El político popular Fernando Suárez corroboró el acontecimiento rodeado de amigos y fieles de la Casa de León, que esta vez contó con una importante representación de jóvenes leoneses que acudieron al lujoso establecimiento madrileño. De entre los once premiados destacó la presencia del grupo Syrma, que se lució en directo y cantó y contó una forma de vida que es la historia de España. La fiesta del botillo que cada año organiza la Casa de León en Madrid sirvió, en gran medida, para reconocer el trabajo que cada uno de los premiados, en número de 11, ha realizado a lo largo de su vida para promocionar el Bierzo y en muchos casos intentar que su crecimiento sea una realidad. En la foto, cada uno de los homenajeados, sin duda, merecidos por su denuedo y tesón. La representación berciana en esta celebración, encabezada por Luis del Olmo y el alcalde de Ponferrada Carlos López Riesco, fue muy numerosa abarcando todos los ámbitos de la sociedad, desde la vida política a la judicial pasando por la cultural. En este homenaje al rey de la gastronomía berciana y a aquellas personas y empresas que trabajan por el bienestar de esta comarca, también estuvieron presentes destacadas figuras leonesas, que no quisieron perderse un acto celebrado en el hotel Wellington en el que el acento berciano, y por extensión leonés, quedó patente y marcado en cada uno de las intervenciones. López Riesco, entre tanta bonhomia, capitalizó lo que allí pasaba con un discurso cariñoso que retrotrajo a los premiados a sus épocas de reivindicación del Bierzo como uno de los lugares en los que cualquiera puede sentirse querido. Riesco mostró la cara de una comarca que ha sabido ganarse el respeto fuera y consiguió que los presentes se marcaran un bercianismos. López Alonso, empresario, acudió a la cita y se ganó los abrazos que siempre se ha merecido, en un acto que volvió a contar con caldos bercianos, como propome Prada a Tope.

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