| Reportaje | Aniversario del conservatorio de Ponferrada |
Dos décadas en clave de sol
El «Cristóbal Halffter» celebra sus veinte años de vida. Un repaso por sus difíciles comienzos, los días de movilizaciones, los cambios de sede y el gran éxito final
Ya han pasado 20 años desde que el conservatorio de Ponferrada, ahora con el apellido de Cristóbal Halffter, abriera sus puertas para ofrecer a los bercianos la posibilidad de una formación musical profesional y de calidad. Del pequeño espacio del que disponían en el bajo de la Casa de la Cultura al nuevo edificio del barrio de La Rosaleda han pasado décadas de lucha y reivindicaciones para que esta institución no desapareciera y haya llegado a ser lo que es. Así, el conservatorio nació gracias a la ilusión de ocho profesores, encabezados por la directora del centro, María José Cordero, que le dieron su impronta especial a la forma de enseñar música, novedosa y avanzada frente a la que se prácticaba en otros conservatorios de la comunidad. De ese pequeño claustro, que se encargaba de todo, «desde hacer la matrícula hasta coger alguna que otro vez la fregona antes de que se contratara el servicio de limpieza», apuntó Cordero, se ha pasado a una plantilla de 38 profesores, que podría ser mayor el próximo curso si finalmente el Cristóbal Halffter se hace con la especialidad de percusión, la única que le falta. Pero el camino hasta llegar aquí ha sido «toda una carrera de obstáculos», explicó María José Cordero, quien recuerda las movilizaciones de profesores y alumnos para evitar que el centro ponferadino perdiera la oficialidad, ante la decisión de la subdirección de Enseñanzas Artisticas de eliminar su titularidad de conservatorio y volver a convertirlo en escuela de música. «Era el curso 94-95 y toda Ponferrada se volcó con nosotros para evitarlo. Recogimos más de 3.000 firmas y convocamos una manifestación en la plaza del Ayuntamiento con el respaldo de todos los partidos políticos y la corporación municipal, que bajó en pleno. La orquesto tocó una primera pieza desafinada y a una señal de mi batuta la orden era tocar cuanto peor, mejor, para decirle al Ministerio que estaba desafinando con esa decisión. A esta pieza siguio la marcha Ravezky y, al final, el Ministerio se echó atrás» explicó Cordero. A esta movilización se sumó otra al final de los noventa, en forma de maratón musical de cuatro horas para pedir el grado medio o profesional. En unos meses, el Cristobal Halffter contará con unas merecidas instalaciones en un nuevo centro en La Rosaleda. Atrás se quedan lo bajos de la Casa de la Cultura, las aulas compartidas al lado de las canchas de baloncesto del instituto Álvarez de Mendaña, el edificio del Temple y la casita del jardinero. Una nueva etapa se abre para el conservatorio de Ponferrada, a la vanguardia de las enseñanzas musicales.
El Bierzo
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redaccion.ponferrada