Diario de León
Publicado por
MARÍA AÑIBARRO
León

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BAJO EL título «Place over process», un año más Eric Solomon presentó en Estados Unidos su nutrido y variado portafolio, más de cincuenta bodegas españolas, francesas y portuguesas, que forman la renovada familia de su actual empresa, European Cellars. Actualmente Eric Solomon es uno de los embajadores de los vinos españoles en el país norteamericano, desde los inicios de su empresa, su filosofía se ha plasmado a la hora de elegir los productores, calidad sobre cantidad, el origen y la personalidad, sobre los vinos globales, las personas sobre las empresas. Desde el comienzo, ha sentido especial debilidad por los vinos mediterráneos, de hecho está casado con la enóloga suiza Dafne Glorian, creadora del «cien puntos» Parker, Clos Erasmus. Aunque claramente inclinado hacia los vinos mediterráneos, desde los últimos dos años ha sentido especial atracción por los vinos más continentales, los bercianos y los gallegos, pero más tímidamente que otros importadores, que desde el principio apostaron más por estas zonas.Entre los participantes de este tour enológico, algunos de los nombres más glamorosos de la farándula vinícola, Artadi, Aalto, Quinta Sardonia, Mas Doix, Sitios de Bodega, Pazo de Señorans, Martín Codax, en su versión berciana, Qincha Corral, Maduresa, Valdesil, Capçanes, Paisajes de Quim Vila, el nuevo proyecto de Zacanini en Rueda, Ossian, y un largo etcétera. Una muestra del patrimonio vitícola español que dejó impresionados a los más de tres mil asistentes. Dentro de la gama extensa de vinos ibéricos, destacaban especialmente la «nueva ola» de vinos portugueses, el nuevo concepto de elaboraciones que están teniendo lugar en el país vecino. Del entorno de los tradicionales oportos, especialmente de la familia Niepoort, surgieron los primeros vinos de autor del Duero portugués. Destacables son los trabajos de dos enólogos que apenas superan la treintena, les llaman los «douro boys», sus vinos tintos más conocidos son Poeira y Pintas, con un concepto renovado, elaborados con las cepas viejas de más de setenta variedades diferentes y autóctonas, escasamente comparables a ninguna de las que conocemos. Y para cerrar la cata, los pesos pesados, los oportos de Niepoort. Una espectacular muestra de vinos portugueses, llenos de historia, quietud y elegancia, unos vinos de trago largo, que invitaban a la reflexión. También destacan los vinos blancos portugueses, especialmente los del norte, representados por una pequeña bodega familiar, Quinta do Ameal.

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