El Papa nombra arzobispo de Tánger al cura de Barjas, Trabadelo, Vega y Balboa

Los aproximadamente 2.500 parroquianos de los ayuntamientos de Vega de Valcarce, Barjas, Trabadelo, Balboa y Barjas perderán muy pronto al que hasta ahora ha sido durante los últimos años uno de los tres párrocos encargados de la labor pastoral en los citados municipios del Bierzo Oeste. El Papa Benedicto XVI ha nombrado al padre Santiago Agrelo Martínez, uno de los franciscanos que tienen a su cargo las citadas parroquias, arzobispo de la diócesis marroquí de Tánger. El nuevo prelado de la iglesia católica en el Norte de África nació hace 64 años en la localidad gallega de Asados (Rianxo), pero ya lleva más de cinco dedicado a la labor pastoral en los pueblos más recónditos del Bierzo Oeste junto a otros tres padres franciscanos, que se ocupan no sólo de atender a las almas sino también a muchos de los vecinos de una zona, caracterizada por su despoblamiento y la edad avanzada de sus habitantes. El padre Santiago Agrelo, de hecho, junto a sus dos compañeros, tiene fijada su residencia habitual en la casa rectoral de la localidad de Vega de Valcarce. Desde este punto, y sobre todo durante los fines de semana, se ocupan de las 25 pequeñas parroquias bercianas que tienen a su cargo. Agrelo, no obstante, compagina esta tarea con la docente, que desarrolla en Santiago de Compostela como profesor encargado de la cátedra de Liturgia y Teología Espiritual en el Instituto Teológico Compostelano. Estudió en el seminario menor de Padrón, pero su formación en la orden se inició precisamente en 1963 en el convento de San Francisco, en Santiago. Tres años después fue ordenado sacerdote. Y luego amplió sus estudios en Roma y en otros centros pontificios hasta empezar a asumir responsabilidades en la congregación franciscana de la que en 1986 -hasta el 2004- fue secretario de la provincia compostelana de la comunidad a la que pertenece. Buena parte de los vecinos de Vega de Valcarce desconocían ayer la noticia del nombramiento. «La verdad es que no voy mucho a misa, pero cuando he ido le he escuchado algún sermón que demuestra que está al día. Se relaciona bien con la gente, como su compañero José Manuel, y pasea mucho por el pueblo. Es muy místico. No sabía nada, pero me alegro mucho», comenta a este periódico jovial y bastante sorprendido el dueño de la panadería de Vega.